Lula da Silva promete unir a un Brasil dividido y buscar comercio mundial justo

El presidente electo de Brasil también invitó a la cooperación internacional para preservar la selva amazónica y dijo que buscará un comercio global justo.

Lula da Silva volverá a ser presidente de Brasil. | Reuters
Editorial Milenio
Sao Paulo /

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió el domingo unir a un país dividido en un discurso tras derrotar al actual mandatario Jair Bolsonaro en la segunda vuelta presidencial.

Lula también invitó a la cooperación internacional para preservar la selva amazónica y dijo que buscará un comercio global justo, en lugar de acuerdos comerciales que "condenen a nuestro país a ser un eterno exportador de materias primas".

Es un sorprendente regreso al poder para Lula, de 77 años, cuyo encarcelamiento en 2018 por un escándalo de corrupción le impidió participar en los comicios de ese año, lo que despejó el camino para el triunfo de Bolsonaro, defensor de valores conservadores.

“Hoy el único ganador es el pueblo brasileño”, declaró Lula en un discurso en un hotel del centro de Sao Paulo. 

“Esta no es una victoria mía ni del Partido de los Trabajadores, ni de los partidos que me apoyaron en la campaña. Es la victoria de un movimiento democrático que se formó por encima de partidos políticos, intereses personales e ideologías de forma que la democracia saliera victoriosa”.

Lula ha prometido un gobierno que vaya más allá de su Partido de los Trabajadores. Desea incluir a centristas e incluso a algunas personas de tendencia derechista que votaron por él por primera ocasión, y hacer que el país vuelva a gozar de la prosperidad que tenía en el pasado; sin embargo, enfrenta dificultades para lograrlo en una sociedad muy polarizada en la que el crecimiento económico se está desacelerando y la inflación crece enormemente.

Estas fueron las elecciones más reñidas del país desde que regresó a la democracia en 1985, y representan la primera vez que el presidente en funciones no logra reelegirse. 

El margen de diferencia entre los candidatos fue solamente de un poco más de 2 millones de votos; previamente la contienda más reñida había sido la de 2014, la cual se decidió por una diferencia de aproximadamente 3.5 millones de sufragios.

Los comicios altamente polarizados en la mayor economía de Latinoamérica extendieron una ola de recientes victorias izquierdistas en la región, la cual incluye a Chile, Colombia y Argentina.

La ceremonia de inauguración de la presidencia de Lula se llevará a cabo el 1 de enero. Ya fue presidente de Brasil de 2003 a 2010.

Thomas Traumann, analista político independiente, comparó los resultados con el triunfo del presidente estadunidense Joe Biden en 2020, haciendo notar que Lula hereda una nación extremadamente dividida.

“El enorme desafío que Lula tiene será pacificar el país”, declaró. “Las personas no sólo están polarizadas en asuntos políticos, sino también tienen valores distintos, identidad y opiniones. Lo que es más, no les importan los valores, las identidades y las opiniones de la otra parte”.

Algunos mandatarios latinoamericanos expresaron rápidamente sus felicitaciones vía Twitter.

Bolsonaro iba al frente durante la primera parte del conteo y, en cuanto Lula lo rebasó, algunos automóviles en el centro de Sao Paulo comenzaron a tocar sus bocinas. Podía escucharse a la gente en el vecindario Ipanema de Río de Janeiro gritar: “¡Repuntó!”

En la sede de campaña de Lula en el centro de Sao Paulo los presentes no estallaron en vítores sino hasta que se anunció el resultado final, una muestra de la tensión que se vivió en toda la contienda.

“Cuatro años esperando esto”, dijo Gabriela Souto, uno de los pocos simpatizantes a los que se les permitió la entrada debido a las fuertes medidas de seguridad.

Afuera de la casa de Bolsonaro en Río de Janeiro, donde se concentró su base de seguidores, una mujer encima de un camión efectuó una oración a través de una bocina, y luego cantó con fervor, intentando generar entusiasmo. Pero los simpatizantes, engalanados con los colores amarillo y verde de la bandera, apenas respondieron. Muchos sí se reanimaron cuando se escucharon las notas del himno nacional y cantaron sonoramente con la mano sobre el corazón.

Durante meses pareció que Lula obtendría una victoria fácil, con una campaña en la que azuzó la nostalgia por su presidencia, en la que la economía de Brasil se encontraba en auge y la asistencia social gubernamental ayudó a decenas de millones de personas a ingresar a la clase media.

Pero aunque Lula encabezó la primera ronda de los comicios el 2 de octubre con 48% de los votos, Bolsonaro logró un sólido segundo lugar con 43%, en una muestra de que los sondeos de opinión subestimaron significativamente su popularidad.

Lula construyó un amplio programa de bienestar social durante su presidencia, el cual ayudó a que decenas de millones de personas ingresaran a la clase media, y presidió un auge económico. Al concluir su gobierno tenía una tasa de aprobación superior al 80%, ante lo cual el entonces presidente estadunidense Barack Obama dijo que era “el político mas popular de la Tierra”.

Pero también es recordado por una amplia red de corrupción durante su gobierno que salió a la luz después de una serie de investigaciones. El arresto de Lula en 2018 le impidió participar en la contienda electoral de ese año frente a Bolsonaro, un legislador en esa época que era abierto simpatizante del ex mandatario estadunidense Donald Trump.

Lula fue encarcelado durante 580 días por corrupción y lavado de dinero. Posteriormente el Supremo Tribunal Federal anuló sus declaraciones de culpabilidad, tras determinar que el magistrado presidente había actuado con parcialidad y se coludió con la fiscalía. Eso le permitió a Lula postularse a la presidencia del país por sexta ocasión.

JLMR

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