Hasta hace menos de un mes, el Palacio de Hielo de Madrid recibía en su pista a gente de todas las edades. El plan de muchos era coincidir para patinar y luego, en el mismo centro comercial donde se ubica, ir a tomar una cerveza y terminar con una cena. Hoy se ha convertido en la morgue improvisada para los fallecidos por el coronavirus.
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Las instalaciones del Palacio de Hielo han sido habilitadas como morgue ante la saturación de los crematorios y el cierre de la funeraria municipal decretado por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida.
El espacio, dotado con mil 800 metros cuadrados, se ubica a escasos 15 minutos del recinto ferial de Ifema, donde se ha levantado un hospital de emergencia que puede albergar hasta 5 mil 500 camillas, el mayor de España. Su nuevo uso pretende aliviar la carga de los crematorios por el elevado número de muertes, que en la región superan mil 500.
La pista de hielo, explicó la Comunidad de Madrid, cumple las condiciones necesarias. “Se trata de una medida temporal y extraordinaria encaminada, fundamentalmente, a mitigar el dolor de los familiares de las víctimas y la situación que se registra en los hospitales madrileños”.
Según un informe no preceptivo de la Gerencia de Madrid Salud del Ayuntamiento de la capital española, se da por garantizada la conservación de féretros a la temperatura adecuada y la trazabilidad adecuada de los cadáveres, así como el manejo de los restos.
La decisión llegó tan solo horas después de que el alcalde madrileño envió una carta al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en el que le informó del cierre inmediato de la funeraria municipal ante la escasez de recursos y de equipos de protección individual que impiden garantizar que el personal que labora ahí, trabaje “en unas condiciones mínimas de seguridad”.
El centro comercial donde se ubica el Palacio de Hielo tiene zona de tiendas, 15 restaurantes, un complejo de salas de cine y un supermercado, que es lo único que puede estar abierto, según el decreto de estado de alarma, que se extenderá mínimo hasta el 11 de abril próximo.
Mientras tanto, han empezado a llegar los primeros cuerpos, mismos que no han podido ser velados por cuestiones sanitarias. Las víctimas del Covid-19 han muerto en la soledad. De eso precisamente se lamentaba la familia del que fuera presidente del Real Madrid Lorenzo Sanz, quien falleció el pasado domingo.
“Murió solo, no pudimos ni velarlo. En su último mensaje nos dijo: ‘Os quiero mucho”, contó el ex futbolista merengue Fernando, uno de sus hijos.
ledz