Un grupo de centenares de maestros marchaban el lunes en La Paz para reclamar más presupuesto para la educación, mejores salarios y en rechazo a una nueva currícula en medio de crecientes protestas contra el gobierno del presidente Luis Arce.
La columna de manifestantes partió de la vecina ciudad de El Alto y a su ingreso a La Paz paralizó el tráfico mientras se dirigía al Ministerio de Educación, donde estaba previsto un multitudinario mitin.
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"Vamos a paralizar la ciudad. Hemos venido para quedarnos hasta encontrar una respuesta del gobierno", dijo el dirigente del magisterio José Luis Álvarez.
"No hemos roto el diálogo, que ha quedado en un cuarto intermedio. La marcha es innecesaria, a los maestros movilizados no les interesa la calidad educativa sino convulsionar el país", replicó el ministro de Educación, Edgar Pari.
El dirigente de los docentes Patricio Molina explicó que hay un gran déficit de educadores y que la nueva currícula propuesta por el gobierno recarga horas a los maestros sin reconocimiento salarial. "Se enseñará robótica pero no hay maestros ni laboratorios en las escuelas públicas. Sólo se hace maquillaje para ocultar una crisis educativa", indicó.
Pero el ministro adelantó que la nueva currícula no será suspendida porque ha sido consensuada con maestros y padres de familia y que el gobierno hace esfuerzos para incorporar más maestros cada año.
Según el Banco Mundial, Costa Rica, Brasil, Argentina, México y Colombia son los países que más invierten en educación, mientras Bolivia ha ido reduciendo su gasto en el área. En 2006 el gasto educativo llegó al 21 por ciento de todo el gasto estatal mientras que en 2021 cayó a 16.87 por ciento.
La educación en Bolivia es gratuita y obligatoria hasta el bachillerato, pero los maestros afirman que la calidad educativa está por debajo de la de los países vecinos.
Las clases iniciaron hace un mes y los maestros dicen estar dispuestos a mantenerse movilizados en las calles toda la semana.
A pesar de tener una de las tasas de inflación más bajas en el continente (3.12 por ciento en 2022), la economía de Bolivia pasa por un estancamiento debido a una caída de ingresos y una reducción en las reservas de divisas, lo que está atizando una creciente agitación social, según analistas.