La Guardia Revolucionaria iraní amenazó ayer con destruir cualquier país que pretenda atacar a Irán, porque nunca permitirá una guerra dentro de sus fronteras, después de que Washington anunciara el envío de tropas a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
“Quien quiera que su territorio se convierta en el principal campo de batalla, adelante”, retó el comandante en jefe del cuerpo militar de élite iraní, Hosein Salami.
Ante la posibilidad de que se lleve un ataque contra Irán, aunque sea selectivo, Salami subrayó que la respuesta de su país “no será limitada” y que están preparados “ante cualquier escenario”.
“Nunca permitiremos que la guerra alcance nuestro territorio (...) No pararemos hasta la destrucción del agresor y no dejaremos ningún lugar seguro”, agregó durante la inauguración de una exposición de restos de drones estadounidenses derribados por Irán.
Esta respuesta viene después de que el jefe del Pentágono, Mark Esper, informara el viernes de que el número reducido de tropas que enviarán a Arabia Saudita y Emiratos “se centrarán principalmente en la defensa aérea y de misiles”.
“Creemos que por ahora esto será suficiente, pero esto no quiere decir que no pueda haber despliegues adicionales, de ser necesarios, basados en la situación cambiante”, añadió Esper.
La nueva escalada de tensión comenzó el pasado 14 de septiembre, cuando Washington atribuyó a Teherán de los ataques contra instalaciones a la petrolera saudita Aramco, que fueron no obstante reivindicados por los rebeldes hutíes del Yemen.
Las autoridades iraníes han negado su implicación en estos ataques y han justificado el derecho de los hutíes (grupo rebelde de Yemen) a defenderse de la intervención militar en su país desde 2015 de una coalición liderada por Riad.
Además del despliegue de tropas, el presidente estadunidense, Donald Trump, optó el viernes también por imponer sanciones al Banco Central de Irán, que calificó de “las más altas que jamás se han impuesto sobre un país”.
El castigo de las sanciones es la tónica desde el año pasado, cuando EU se retiró del acuerdo nuclear de 2015 firmado con Irán y otras cinco potencias.
MANTIENEN POSTURA
El canciller de Riad, Adel al-Jubeir, señaló ayer que “no hay dudas” y que mantienen su posición de responsabilizar a Irán de los hechos. “Estamos seguros de que los ataques no vinieron de Yemen sino del norte”, dijo Al-Jubeir en rueda de prensa.
Indicó que Arabia Saudita —principal productor de petróleo en el mundo— está llevando a cabo investigaciones preliminares y llamó a la ONU a que envíe expertos para contribuir en las pesquisas sobre los atentados contra las instalaciones de Aramco, en Abqaiq y Jurais, en el este del país árabe.
De igual manera, el diplomático se mostró conforme con el anuncio de la Casa Blanca. “Los últimos retos que confrontamos nos piden aumentar la cooperación de seguridad entre el reino y sus aliados y socios para garantizar que no haya ningún obstáculo para la economía internacional”.
No obstante, señaló que Riad no tomará ninguna medida hasta que concluya la investigación sobre los ataques contra sus refinerías.
“Estamos en contacto constante con nuestros amigos en todo el mundo y estamos examinando las medidas a tomar, pero esperamos las conclusiones de las investigaciones actuales sobre el ataque, especialmente el origen y la fuente del ataque”, manifestó.