En medio de una creciente resistencia, Donald Trump dijo que su ofensiva contra la inmigración musulmana —considerada discriminatoria— "está funcionando muy bien".
En un decreto firmado ayer, Trump suspendió el ingreso de refugiados durante al menos 120 días e impuso nuevos y estrictos controles durante tres meses contra los viajeros procedentes de Irán, Iraq, Libia, Somalia, Siria y Yemen.
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"Está funcionando muy bien. Se ve en los aeropuertos, se ve en todas partes", dijo el presidente a los periodistas, luego de que se impidiera a pasajeros procedentes de estos países abordar vuelos con destino a Estados Unidos, acto que desató numerosas protestas en las terminales aéreas. [OBJECT]
"Vamos a tener una prohibición muy estricta y vamos a tener el análisis extremo que debimos haber tenido en este país desde hace muchos años", añadió el magnate.
Los comentarios del mandatario se produjeron en momentos en que enfrenta su primera demanda, interpuesta por la Unión estadounidense de Libertades Civiles y otros grupos, contra sus medidas, que considera necesarias para evitar el ingreso de "terroristas islámicos radicales" a Estados Unidos..
Varias protestas y detenciones se producían en aeropuertos estadunidenses tras la firma del decreto. El viernes por la noche en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York.
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