Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, ganaría las elecciones celebradas en el Estado judío y se acerca a la mayoría con sus socios ultraortodoxos y de extrema derecha con 54-53 escaños, según las encuestas a pie de urna publicadas al cierre de los centros electorales.
Las elecciones legislativas israelíes otorgaron "una inmensa victoria para la derecha", declaró por la noche Netanyahu, cuyo partido (Likud) estaría en cabeza según las primeras proyecciones.
"Ciudadanos de Israel, ¡gracias! Ustedes dieron una inmensa victoria para la derecha y para el Likud bajo mi dirección (...) Es evidente que una mayoría aplastante de ciudadanos israelíes es de derechas y quieren un gobierno de derechas, fuerte y estable", tuiteó Netanyahu.
Según los sondeos a boca de urna, el Likud de Netanyahu conseguiría entre 31 y 33 escaños de los 120 de la Knéset (parlamento), seguido del partido Yesh Atid (Hay futuro) del centrista Yair Lapid, con 16 a 18 escaños.
Para lograr una mayoría de 61 bancas y formar gobierno, Netanyahu cuenta con sus aliados religiosos de derecha y, en esta ocasión, también con la extrema derecha. Yair Lapid, por su parte, se apoyaría en partidos de centro y de izquierda, así como en la derecha decepcionada con el primer ministro.
Según las proyecciones, el bloque de partidarios de Netanyahu obtendría entre 51 y 56 diputados, mientras que el de Lapid contaría con entre 48 y 52. En estos comicios con aire de referéndum sobre Netanyahu, el jefe del partido de la derecha radical, Naftali Bennett, podría inclinar la balanza entre unos u otros con sus seis a ocho escaños, según las proyecciones.
La resurrección política de Netanyahu, gracias a la vacunación anticovid
Netanyahu, el primer ministro que más tiempo ha estado en el poder en Israel, demostró de nuevo que es un "maestro" en el arte de la supervivencia política.
Tras haber explotado la carta de la defensa de Israel frente a la "amenaza del covid", podría formar gobierno con sus aliados de derecha, y su continuidad al frente del gobierno desanimaría a sus opositores, quienes le achacan su juicio en curso por corrupción, malversación y abuso de poder.
Sus admiradores ven en cambio en "Bibi" la encarnación del nuevo "Rey de Israel" por su defensa del país contra Irán, presentado como el nuevo "Amalek", el enemigo mortal de los hebreos en la Biblia. Para sus partidarios, su gestión de la pandemia, contra la que lanzó una masiva y rápida campaña de vacunación, reforzó este estatus.
Pero se registraron importantes picos de contagios y Netanyahu también está en el punto de mira de la opinión pública por no haber ayudado lo suficiente a los trabajadores que perdieron el empleo.
Opuesto al proceso de paz palestino-israelí de Oslo, que él mismo ayudó a enterrar, Netanyahu aboga por una visión de Israel como un "Estado judío", cuyas fronteras se extienden hasta Jordania. En este sentido, apoya la anexión de zonas de la Cisjordania ocupada y sus medidas favorecieron un aumento de las colonias.
Benjamin Netanyahu "construyó su personaje político alrededor de una imagen de fuerza y de la idea según la cual los judíos no pueden conformarse con una fe tibia y deben mostrarse tan duros como la región en la que viven", escribe en sus memorias el expresidente estadounidense Barack Obama.
Aunque mantiene sus duras declaraciones contra los líderes palestinos, Netanyahu defendió la reciente normalización de las relaciones con países árabes como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos, y sueña con extenderla a Arabia Saudita.
Aunque elección tras elección una parte del electorado le otorga su confianza, él solo parece confiar en un estrecho círculo de colaboradores. Tras las elecciones, hay una cosa, sin embargo, que Netanyahu no podrá apartar. Su juicio por corrupción debe reanudarse en abril.
"Es el arquero de la nación y no deja que entre ningún balón. Por eso sigue en el poder", afirma Colin Shindler, profesor en la School of Oriental and Asian Studies de Londres.
Actualmente, varios de sus rivales son exministros. "Y no creo que sea una coincidencia. No confía en nadie" y "su valor fundamental" es garantizarse su propia "supervivencia, por lo que utiliza a la gente y luego los aparta", según Shindler.
Naftali Bennett, ¿el nuevo hombre clave para formar gobierno en Israel?
Ex empresario enriquecido con la tecnología, convertido en ministro de Defensa y líder de la derecha radical de su país, Naftali Bennett podría imponerse como el nuevo hombre clave tras las elecciones legislativas israelíes.
En un país dividido ante la figura de Netanyahu, el primer ministro en el poder desde 2009, Bennett alimentó el misterio durante toda la campaña: ¿Se unirá a una coalición para sacar del poder a Netanyahu o lo salvará?
Su partido Yamina podría obtener entre siete u ocho escaños, según los sondeos a boca de urna, suficientes para permitirle inclinar la balanza hacia los partidarios o los detractores del primer ministro. Todos los ojos están puestos en este antiguo protegido de Netanyahu, cuya ideología comparte pero cuya gestión critica.
Calvo y alto, Naftali Bennett lidera la formación Yamina, que aboga tanto por el ultraliberalismo económico, como por la línea dura ante Irán y por la anexión de casi dos tercios de la Cisjordania ocupada, lo que brinda a su partido de derecha radical mucha popularidad entre los colonos judíos.
Hijo de inmigrantes estadunidenses, nacido el 25 de marzo de 1972 en Haifa, Bennett se impuso a comienzos de la década de 2000 como uno de los niños mimados de la "start-up nation" gracias a su empresa de ciberseguridad Cyotta, vendida por 145 millones de dólares en 2005, antes de dar el salto hacia la política en el Likud de Netanyahu al año siguiente.
El partido estaba entonces en la oposición. Dos años más tarde, Bennett abandonó al Likud para dirigir durante un tiempo al Consejo de Yesha, principal grupo de defensa de centenares de miles de colonos israelíes en la Cisjordania ocupada.
En 2012, sorprendió a toda la escena política israelí al tomar el control de la formación de extrema derecha "Hogar Judío", que sedujo a una parte de los colonos con comentarios enérgicos.
¿Ejemplo? El conflicto con los palestinos no ha podido solucionarse sino que hay que soportarlo como un "disparo de obús en el trasero". U otra: no hay ocupación israelí en Cisjordania puesto que "nunca existió un Estado palestino". E incluso: "hay que matar a los terroristas, no liberarlos", en referencia a los presos palestinos...
"Hogar Judío" se une a otros micropartidos y forman Yamina, grupo conocido por su musa, Ayelet Shaked, pero dirigido actualmente por Bennett, quien participó en coaliciones dirigidas por Netanyahu antes de dejarlo.
Este ex experto en ciberseguridad, instalado en la próspera ciudad de Raanana (en el centro de Israel), fue ministro de Defensa de 2018 a 2019, prometiendo a Irán hacer un "Vietnam" si la república islámica continuaba estableciéndose militarmente en la vecina Siria.
Naftali Bennett comparte afinidades ideológicas con Netanyahu, quien no obstante multiplicó los ataques en su contra en la recta final de la campaña electoral.
Ahora, Bennett podría verse obligado a tomar una decisión difícil: salvar a Netanyahu, quien comparte sus convicciones, o poner fin a su reinado, el más largo en la historia política de Israel, uniéndose a una coalición opositora.
"Haré sólo lo que sea en interés de Israel", declaró el martes por la noche, sin desvelar sus cartas.
dmr