Millones de personas votan este jueves en India, la democracia más poblada del planeta, en unas elecciones legislativas de seis semanas de duración, en las cuales el primer ministro nacionalista hindú Narendra Modi busca un nuevo mandato.
De los desiertos de Rajastán a las aldeas tribales del noreste, de las montañas de Cachemira a las enormes megalópolis contaminadas, 900 millones de indios están llamados a elegir al nuevo gobierno de esta nación de mil 300 millones de habitantes.
Los primeros colegios electorales abrieron a las 7:00 horas locales.
En total se necesitarán un millón de centros de votación para elegir a los 543 diputados de la Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento indio, cuyo color político determinará el del Ejecutivo de esta democracia parlamentaria. Tras cinco años de gobierno de Narendra Modi, los indios deciden si siguen confiando en los nacionalistas hindúes o si optan por una alternativa.
"Este es, literalmente, el mayor ejercicio democrático jamás llevado a cabo en la Historia en todo el mundo", señaló Milan Vaishnav, experto del Carnegie Endowment for International Peace de Washington.
Debido a las enormes proporciones del país, el segundo más poblado del mundo por detrás de China, estas legislativas se desarrollarán en siete fases, en cada una de las cuales votarán diferentes regiones en unos comicios uninominales mayoritarios a una vuelta, del 11 de abril al 19 de mayo. El recuento de votos se celebrará el 23 de mayo.
Modi pide a los jóvenes votar
Noventa y una circunscripciones del noreste, sureste y norte de India están encargadas de dar el pistoletazo de salida a estas elecciones. "Llamo a las personas cuyas circunscripciones votan hoy en la primera fase a que ejerzan su derecho con una participación récord", tuiteó el jefe del gobierno indio al abrirse los centros de voto.
"Insto especialmente a los jóvenes y a quienes votan por primera vez a que participen de forma masiva", añadió Modi.
En el gran estado de Assam, en el aislado noreste del país, varios ciudadanos esperaban ya a las puertas de los centros de votación desde las 06:15, tres cuartos de hora antes de su apertura.
Las fuerzas de seguridad se encuentran en estado de alerta y tres miembros de partidos regionales rivales murieron en choques fuera de las oficinas de votación en el estado de Andhra Pradesh (sur).
Luego de que cinco personas murieran el martes a causa de de una bomba colocada en la carretera por sospechosos rebeldes maoístas, ahora se les acusa de dos explosiones en el primer día de votación en el estado de Maharashtra, donde dos policías resultaron heridos, y de otro en el estado de Chhattisgarh.
Un adolescente murió en el estado de Cachemira en choques con las fuerzas de seguridad.
El primer ministro Narendra Modi, de 68 años y que llegó al poder en 2014 con su Bharatiya Janata Party (BJP, el Partido del Pueblo Indio), espera lograr un segundo mandato.
Sus rivales son el Partido del Congreso, formación que dominó la política india desde su independencia en 1947, y una multitud de poderosos partidos regionales.
Modi contra Gandhi
El rostro de Narendra Modi, con su impecable barba blanca y sus finas gafas, está por todas partes en India. Ya sea en los paneles publicitarios oficiales, en las redes sociales o en una cobertura mediática sin descanso, el primer ministro tiene una presencia constante en la vida diaria de los indios.
Hasta hace poco nada parecía poder detener el tsunami azafrán, el emblemático color de los nacionalistas hindúes, que ganaban casi todas las grandes elecciones regionales, estratégicas en este sistema federal.
Pero varios reveses electorales del BJP en estados clave del norte a finales del año pasado procuraron nuevas esperanzas a sus adversarios y galvanizaron al histórico Partido del Congreso, dirigido ahora por Raul Gandhi, de 48 años, nuevo estandarte de la ilustre dinastía política de los Nehru-Gandhi.
Modi, nativo de Gujarat (oeste) y vendedor de té durante su infancia, goza de una gran popularidad debido a sus orígenes populares y a la imagen de hombre fuerte, que cultiva especialmente a través de su actitud marcial respecto al enemigo paquistaní.
Pero su balance económico es su talón de Aquiles. A pesar de que su tasa de crecimiento resulta envidiable para otros países (6.7 por ciento en 2017-2018), se considera insuficiente ante el potencial y las necesidades de este gigante demográfico.
El país no logra generar suficientes empleos para el millón de jóvenes que llega cada mes al mercado de trabajo, mientras en el mundo rural aumenta el malestar de los agricultores.
jamj