El Parlamento de Israel se pronunciará el domingo sobre el futuro gobierno del país, el último paso antes de la investidura de una heterogénea coalición que pondría fin a 12 años de mandato del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
Aunque los integrantes de la futura coalición pedían acelerar los tiempos para evitar sorpresas de última hora, el presidente del Parlamento israelí, miembro del partido Likud de Netanyahu, utilizó casi al máximo el plazo de siete días para organizar la votación.
"El debate y la votación sobre el nuevo gobierno se celebrarán el domingo 13 de junio en una sesión especial del parlamento", dijo este martes en un comunicado Yariv Levin, presidente de la Knéset, el Parlamento israelí.
Los diputados deberán pronunciarse sobre la variopinta coalición formada de último momento el 2 de junio por el líder opositor Yair Lapid con dos partidos de izquierda, dos de centro, tres de derecha, entre ellos Yamina (nacionalistas radicales), y la formación árabe Raam (islamista).
Lapid, responsable del partido centrista Yesh Atid, elogió en un tuit el anuncio de Levin, añadiendo que el "gobierno de unión está en marcha por el bien de los ciudadanos de Israel".
Con integrantes tan diferentes, la orientación del gobierno, las condiciones de entrada y salida de la coalición, así como el reparto de carteras todavía están en estudio, pero deberían presentarse en un documento ante la Knéset antes del voto.
Por ahora está cerrada la rotación en el cargo de primer ministro: el líder del partido Yamina, Naftali Bennett, lo será hasta 2023 y lo cederá entonces a Lapid hasta 2025.
Esta coalición pondrá fin a dos años de crisis política en el país, en los que se han celebrado cuatro elecciones legislativas. También apartará del poder al más longevo primer ministro israelí, Netanyahu, con 15 años en total en el cargo (1996-1999 y desde 2009 hasta ahora).
Todos contra Netanyahu y algo más
Unidos en su rechazo a Netanyahu, los miembros de la "coalición del cambio" están separados en casi todo lo demás: la política económica, la colonización o la sensible cuestión de las relaciones entre Estado y religión.
Uno de sus proyectos bandera es la aprobación de una ley que permita descartar definitivamente una nueva candidatura de Netanyahu, juzgado por fraude y corrupción en numerosos casos.
Más cerca de su fin que nunca, Netanyahu, de 71 años, multiplica los avisos y los ataques contra el nuevo gobierno, inquietando incluso a los servicios de seguridad israelíes.
Última batalla del primer ministro saliente: el apoyo a la organización de una muy controvertida "Marcha de las banderas", un evento organizado por figuras de la extrema derecha y que estaba prevista inicialmente el jueves en Jerusalén Este, un sector palestino ocupado por Israel.
El recorrido de esta marcha, considerada una provocación por los palestinos, no fue aprobado por la policía y sus organizadores la suspendieron en un primer momento.
Pero, según la prensa israelí, Netanyahu y miembros de su partido maniobraban para mantener la manifestación, pese a la reprobación del ministro de Defensa y los servicios de seguridad. Hamás advirtió de una nueva escalada si se mantenía la marcha en este sector, que ya originó la reciente guerra de once días entre Israel y este movimiento islamista en el poder en Gaza.
En la noche de este martes, el gobierno israelí autorizó la realización de la marcha "el 15 de junio en un recorrido que será determinado por la policía y los organizadores del desfile", según un comunicado emitido por la oficina de Netanyahu.
El enviado de las Naciones Unidas para Oriente Medio, Tor Wennesland, instó en un tweet a Israel y Hamás abstenerse de "provocaciones" y a "actuar con moderación" para consolidar el alto el fuego en vigor desde el 21 de mayo.
dmr