El príncipe Guillermo de Inglaterra caminó este miércoles sobre arenas movedizas durante una visita a la Cisjordania ocupada por Israel al referirse a los Territorios Palestinos como un “país”.
Al reunirse con el presidente palestino Mahmud Abas, el príncipe pareció tener problemas con el complejo lenguaje que rodea el conflicto en Oriente Medio.
“Gracias por recibirme, estoy muy contento de que nuestros dos países trabajen tan estrechamente juntos”, dijo a Abas en un discurso en el que no se apoyó en notas.
Este viaje es el primero que realiza un miembro de la familia real de su nivel, tanto a Israel como a los Territorios Palestinos.
Palestina tiene estatuto de observador ante Naciones Unidas, pero no está reconocida como un Estado miembro de pleno derecho.
El Likud, el partido del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con quien el príncipe se reunió el martes en Jerusalén, rechazó el concepto de Estado palestino y apoyó las colonias judíos en los territorios que Israel ocupa en Cisjordania, donde tiene su sede la Autoridad Palestina de Abas.
“El gobierno británico apoya la creación de un Estado palestino soberano, independiente y viable, que viva en paz y seguridad junto a Israel”, dijo en un comunicado la cancillería de Londres, sin aludir directamente a las palabras del príncipe. “Reino Unido reconocerá un Estado palestino en el momento en que más pueda contribuir a aportar la paz”, añade el texto.
Más tarde, Guillermo se reunió con refugiados en Ramala y asistió a un acto cultural, en el que probó algunos platos tradicionales palestinos. El príncipe culminará su gira el jueves con una visita a lugares históricos y religiosos en Jerusalén Este.
En tanto, la fuerza aérea israelí atacó la madrugada del miércoles el vehículo de un presunto miembro de la organización radical palestina Hamas, que gobierna la Franja de Gaza en respuesta al ataque de 13 proyectiles contra Israel, informó un vocero israelí. Varios cohetes fueron interceptados por el sistema antidefensa Iron Dome (Cúpula de Hierro).
También, tras una fuerte disputa diplomática con Israel, Polonia cambió la polémica ley del Holocausto, eliminando las penas de cárcel de hasta tres años para quienes atribuyan al gobierno o pueblo polacos la responsabilidad o corresponsabilidad por crímenes cometidos por el régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial.
La Cámara baja del parlamento y el Senado en Varsovia aprobaron los sorpresivos cambios propuestos por el primer ministro Mateusz Morawiecki. La ley, aprobada en enero, desató una profunda crisis con Israel. El gobierno polaco alegaba que buscaba prohibir expresiones históricamente falsas como “campos de concentración polacos” en vez de “alemanes”.
Príncipe Guillermo respalda a Palestina
En Ramala, el heredero al trono inglés elogia a la población y se reúne con Abas.
Ramala /
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