El regreso de los talibanes al poder en Afganistán ha provocado no sólo una crisis en el país islámico, sino también ha generado conmoción en la comunidad internacional las imágenes de miles de personas invadiendo las pistas de aterrizajes del aeropuerto de Kabul para huir del país.
El domingo, el grupo extremista islámico tomó control de Kabul y el ahora ex presidente Ashraf Ghani huyó del país asegurando que buscó evitar "un derrame de sangre" en el país; en tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no lamenta su decisión de haber retirado a sus tropas estadunidenses en el territorio.
Muchos temen que el ascenso de los talibanes signifique un retroceso en los derechos humanos, principalmente de mujeres y niñas, así como el regreso de una estricta ley islámica, mejor conocida como la Sharia, pero ¿Quiénes son los talibanes y qué los hizo regresar al poder en Afganistán?
Una monarquía que cayó ante un golpe de Estado y la invasión soviética
Desde 1926, Afganistán se rigió bajo una monarquía constitucional liderada por la dinastía Barakzai. El país ya había sido un emirato y era el sucesor del Imperio Durrani —que se enfrentó contra los británicos durante gran parte del Siglo XVII y XVII—, que también controlaba la actual Pakistán.
El país había desarrollado una estabilidad política y social durante más de 40 años, esto mientras el mundo combatía durante la Segunda Guerra Mundial y comenzaba la independencia de naciones controladas por los franceses en ingleses —como Pakistán e India— y convivían con el vecino Imperio Persa durante gran parte del Siglo XX.
Aunque los ingresos de Afganistán dependían plenamente de la agricultura y la minería, Estados Unidos y la Unión Soviética intervinieron en su economía para favorecer el crecimiento del país. Sin embargo, la permanente crisis política comenzaría a partir de la década de los años de 1970 tras las acusaciones de corrupción en las élites, así como el mal manejo de la economía y el aumento de la hambrina debido a las sequías de 1971 y 1972.
El líder del Partido Democrático Popular de Afganistán —de índole comunista-marxista-leninista—, Mohammed Daud Khan derroca a su primo, el rey Mohammed Nadir Shah en el golpe de Estado de 1973, y con ello Afganistán se convertiría en república.
Aunque Daud Khan tenía una visión comunista sobre la economía y el Estado, buscó acercarse al gobierno de Estados Unidos para obtener respaldo internacional y crear los estatutos para consolidar la democracia en Afganistán.
Sin embargo, su gobierno empezó a desprestigiarse tras no llegar a acuerdos entre la derecha y la izquierda afgana, esto agravado por una reforma agraria y una clima de agitación producto de la escasez de alimentos, y que empezaba a distanciarse de sus compañeros del Partido Democrático Popular.
El asesinato de Mir Akbar Kaibar, uno de los principales líderes del partido comunista a manos de agentes de Daud Khan provocó el inicio de la Revolución del Saur (o Revolución de abril) en 1978, impulsados por los miembros del partido, con el que se instaura un régimen comunista durante toda la década de 1980.
La "Operación Ciclón" de EU y el nacimiento de los talibanes
Con el ascenso de los comunistas al gobierno de Afganistán, el gobierno de Estados Unidos decide apoyar y reclutar, a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), a los fundamentalistas islámicos —que después serían conocidos como muyahidines—, mismos que desencadenaría la Guerra afgano-soviética (1978-1992) con el fin de acabar con régimen impulsado desde la Unión Soviética.
Doctrina Carter, ¿El golfo pérsico para los americanos?
El presidente Jimmy carter firmó en 1979 la doctrina que lleva su nombre, en el que establece que usaría la fuerza militar, de ser necesario para que ninguna fuerza, diferente de ellos, obtuviera control del golfo Pérsico y que con la presencia de sus fuerzas navales protegerían el flujo de petróleo hacia occidente.
Esta doctrina orilló a que se elevaran las tensiones de la Guerra Fría, así como el sabotaje de EU a los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 y el reestablecer el servicio militar para los jóvenes estadunidenses. Al mismo tiempo, Washington se enfrentaba al ascenso de los extremistas islámicos en Irán derivado de la Revolución Islámica de 1979.
Durante la administración del demócrata Jimmy Carter, se autorizó el el financiamiento económico y armamentista de las guerrillas contra el gobierno comunista de Afganistán, postura que continuaría durante la administración republicana de Ronald Reagan. A partir de ahí, muchos de los integrantes de esas milicias formarían después a los actuales talibanes.
En todo el conflicto, la Unión Soviética no pudo hacer frente a las milicias financiadas por Estados Unidos, esto debido a la crisis económica que ya enfrentaba el régimen comunista y en 1989, el "Ejército Rojo" empieza a abandonar Afganistán. Sin embargo, los enfrentamientos entre insurgentes y las tropas del gobierno comunista continuaron hasta abril de 1992, esto tras el colapso de la Unión Soviética y el fin del modelo comunista.
Aunque los muyahidines lograron la victoria ante los soviéticos, inmediatamente se desató una Guerra Civil en el ahora Estado Islámico de Afganistán por varias milicias, Hezbi Islami de Hekmatyar (con respaldo de Pakistán), Wahdat de Mazari (respaldado por Irán) y Junbish de Dostum (respaldado por Uzbekistán), esto debido a que le nuevo gobierno ordenó suprimir a quienes no firmaron el Acuerdo de Peshawar de 1992.
Florece el opio y los crímenes en Afganistán
Durante la Guerra Civil de 1992 a 2001, derivado de la profunda crisis en el país, comienzan a crecer los cultivos de opio en el país, mismos que han llevado al país como uno de los principales productores de la planta a a nivel mundial, superando a países como Myanmar y México, quienes ocupan los primeros puestos.
A su vez, la prostitución de mujeres, incluyendo niñas, la destrucción cultural y hasta el tráfico de órganos de pobres locales se acrecentó durante el avance de la Guerra Civil y el posterior ascenso de los talibanes.
Aunque los talibanes —que significan "los estudiantes"— tuvieron sus orígenes durante la guerra afgano-soviética, su formación reconocida fue en 1994, esto favorecido a que Pakistán cambio a la milicia que apoyaba en el conflicto, abandonando a Hezbi Islami. En 1995, los talibanes conquistan su primera ciudad, la de Herat, y avanzan en territorios hasta llegar a la capital Kabul el 27 de septiembre de 1996.
El régimen talibán y la intromisión de EU
Los talibanes, al llegar al poder en 1996, imponen una estricta sharia —la ley islámica inculcada directamente en el Corán, la biblia de los musulmanes—, en la que se estableció un duro régimen contra toda cultura occidental y contra los derechos de las mujeres.
Durante los cinco años que gobernaron los talibanes se les prohibió a las mujeres acceder a un empleo y a ser educadas en escuelas, además de estar completamente dependientes de sus maridos para todo tipo de actividades y utilizar la burka para evitar actos como la infidelidad y el adulterio de los hombres.
A su vez, quedaron prohibidas las películas, los programas de televisión, videos, música y bailes que tengan origen del mundo occidental, así como colgar cuadros en las casas, demostrar afecto en público y aplaudir durante eventos deportivos, ya que era considerados "inmorales".
También oprimieron a los chiitas, una de las ramas enfrentadas de los musulmanes que son principalmente suniitas, y promovieron la lapidación, la pena de muerte y las penas corporales para quienes infringían la sharia.
Destruyeron esculturas y estatuas que no eran musulmanes, como los Budas de Bamyan. Se arraigaron actitudes discriminatorias contra los no musulmanes y, su principal problema, estar allegados al grupo terrorista Al Qaeda.
Esto derivo los ataques terroristas del grupo liderado por Osama bin-Laden contra las Torres Gemelas en Nueva York y el Departamento de Defensa de Estados Unidos en Washington —conocido como el Pentágono— el 11 de septiembre de 2001.
El gobierno del republicano George W. Bush, en conjunto con el Reino Unido, decidió declarar la guerra a los talibanes en Afganistán por haber permitido el resguardo de Al Qaeda —en que se estima que eran financiados por Arabia Saudita— para los ataques terroristas con la "Operación Libertad Duradera" el 7 de octubre de 2001, en el que terminaron siendo derrocados del gobierno dos meses después.
En 2003, la OTAN toma las riendas para la búsqueda de formar un gobierno democrático en Afganistán tras la derrota de los talibanes. Su entonces líder, Mullah Mohammed Omar reorganizó el movimiento lanzó una insurgencia contra el gobierno instaurado desde Estados Unidos.
Con ello, el gobierno estadunidense ya contaba con dos guerras para inicios de siglo: en Afganistán contra los talibanes y Al Qaeda, y en Irak contra el régimen de Sadam Hussein. Mismas que se jugaron intereses geopolíticos, principalmente contra el gobierno de Irán.
La guerra afgano-estadunidense se extendió durante 20 años, misma que se había convertido en impopular en la sociedad de Estados Unidos por el costo que implicaba y que perdería relevancia tras el asesinato de Osama bin-Laden en 2011 por parte de las tropas norteamericanas y sus aliadas, esto durante la administración de Barack Obama.
La salida de EU en Afganistán y el renacer de los talibanes
Aunque muchos de los originales líderes talibanes ya habían muerto, la organización no estaba del todo aniquilada. El ejército estadunidense y de los aliados permanecían en la región principalmente para reforzar al ejército afgano, controlado por el gobierno en Kabul, y para velar por la seguridad en la región.
Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, una de sus principales propuestas era terminar la guerra en Afganistán y retirar a las tropas estadunidenses del territorio. Sin embargo, esto se fue retrasando, principalmente, porque los esfuerzos estban enfocados con derrotar al Estado Islámico, que se había asentado en Siria e Irak tras la Guerra Civil Siria iniciada en 2013.
Haibatullah Akhundzada, el jefe de los talibanes
El mulá Haibatullah Akhundzada fue nombrado jefe de los talibanes en mayo de 2016 durante una rápida transición de poder, días después de la muerte de su predecesor, Mansur, liquidado por un ataque de un dron estadunidense en Pakistán.
Antes de su designación, se conocía poco de su persona, hasta entonces más centrado en cuestiones judiciales y religiosas que en el arte militar. Aunque este erudito gozó de gran influencia en el seno de la insurgencia, de la que lideró el sistema judicial, algunos analistas creían que su papel al frente del movimiento sería más simbólico que operativo.
En 2020, el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, propuso entablar un diálogo con el gobierno afgano y los talibanes, en el que primero llegaron a una tregua en abril de 2020 y posteriormente establecieron diálogos de paz entre el grupo extremistra y el entonces presidente Ashrah Ghadi en Doha, Qatar.
Tarik Seraoui, profesor en la Universidad Iberoamericana, afirmó durante una entrevista en radio con Azucena Uresti, que "esto no debe sorprender, es algo que desde hace tiempo Trump estuvo negociando el regreso del Talibán al poder", esto tras la negociaciones en Doha.
Trump había establecido la retirada escalonada de las fuerzas estadunidenses en Afganistán para el 1 de mayo de 2021, acuerdo que cumplió Joe Biden tras llegar a la Casa Blanca en enero pasado.
El 1 de mayo de 2021, Estados Unidos y la OTAN empiezan la retirada de los 9 mil 500 soldados, entre ellos 2 mil 500 estadunidenses, aún presentes en Afganistán. Pero poco despues, se producen intensos combates entre los talibanes y las fuerzas gubernamentales en la región meridional de Helmand. En el norte, los talibanes toman el distrito de Burka en la provincia de Baghlan.
Una semana después se produce un atentado contra una escuela para niñas mata a más de 50 personas en Kabul, en el que las autoridades culpan a los talibanes del ataque. A mediados de mayo, las fuerzas estadounidenses se retiran de la base aérea de Kandahar, una de las más importantes de Afganistán.
En junio, los talibanes se apoderan de dos distritos de la provincia de Wardak, a unos 40 kilómetros de Kabul, antes de conquistar dos distritos de la provincia clave de Ghazni. Tras su rápido avance, el presidente Ashraf Ghani, nombra nuevos ministros de Interior y Defensa.
Para el 2 de julio, las tropas estadounidenses y de la OTAN devuelven al ejército afgano la base aérea de Bagram, centro neurálgico de las operaciones de la coalición, situada a 50 kilómetros al norte de Kabul. Con ello empezaría la expansión talibán por todo el territorio.
El Joe Biden declara el 8 de julio que la retirada de las tropas estadunidenses estará "terminada para el 31 de agosto", sin embargo, el avance talibán empezaba a consolidarse con tomas de capitales de provincias y las fronteras del país.
Pero casi tres semanas después, la OTAN aboga por una solución negociada del conflicto y la ONU teme un número "sin precedentes" de víctimas civiles. Ashraf Ghani achaca el deterioro de la situación militar a la "repentina" retirada de Estados Unidos, en un momento en que varias ciudades importantes están amenazadas directamente por los insurgentes.
Las embajadas estadunidense y británica en Kabul acusan a los talibanes de haber "masacrado a decenas de civiles" en el distrito meridional de Spin Boldak. La ONU dice que los combates en Lashkar Gah mataron a 40 civiles en 24 horas.
Un atentado contra el ministro de Defensa afgano, el general Bismillah Mohammadi, provoca la muerte de ocho civiles el 3 de agosto en Kabul. Los talibanes lo reivindican y amenazan con atacar a otros altos funcionarios del gobierno en respuesta a la campaña de bombardeos aéreos del ejército afgano.
Tres días después asesinan al jefe del departamento de comunicación del gobierno en la capital afgana. Ese mismo día, los talibanes conquistan su primera capital de provincia desde mayo, Zaranj, en el suroeste y comienza su rápida extensión a Kabul el pasado 15 de agosto.
"Todo lo qué estamos viendo, es por el miedo infundado a esa población. Hay gente qué está buscando escapar debido al regreso del Talibán al poder", añadió Tarik Seraoui.
Tras la salida de Estados Unidos de Afganistán, el especialista afirmó que "es lo mejor que pudo hacer Estados Unidos" ya que no lograron establecer un gobierno democrático en el país y que era una decisión tan impopular el mantener una guerra que dentro del Casa Blanca "era urgente que se salieron por los gastos que drenaba"
"Es entender que Afganistán nunca fue el objetivo, fue Irak y en realidad no se logró un gobierno democrático... es un fracaso para la misión norteamericana", añadió Seraoui en entrevista con Azucena Uresti.
dmr