México reiteró ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) su apoyo al proceso de paz en Colombia, que en septiembre próximo conmemora los cinco años de la firma de un primer acuerdo, y en noviembre, la firma del Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto.
“Al acercarnos al quinto aniversario del acuerdo de paz, existen hitos importantes, en un proceso que por su propia naturaleza es complejo, y en ocasiones, doloroso.
Un paso significativo ha sido el reconocimiento de los excomandantes de las FARC, de una política de secuestros, y de su responsabilidad por crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra”, explicó el representante permanente de México ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente.
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Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP), antes de su desmovilización, fueron un grupo guerrillero insurgente, ligado con narcotráfico y al cual un grupo de países entre los que están Estados Unidos, Colombia, Perú, Chile, Canadá, Nueva Zelanda y hasta la Unión Europea, catalogaron como organización terrorista.
Aún hoy, a las facciones disidentes de las FARC –muchas de las cuales se sabe que huyeron a la zona fronteriza con Venezuela, desde donde continúan operando- se les sigue ligando al narcotráfico. En especial al tráfico de cocaína hacia Estados Unidos.
De hecho, la acusación en contra de narcotráfico, narcoterrorismo y tráfico de armas en contra del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, vincula a dos de los líderes históricos de las FARC con el Cártel de los Soles, que según el Departamento de Justicia estadunidense, dirige el propio sucesor de Hugo Chávez.
Se trata de Luciano Marín, alías “Iván Márquez y Seuxis Hernández Solarte (muerto en mayo pasado), alías “Jesús Santrich” quienes, según reveló MILENIO en marzo de 2020, fueron engañados por fuentes confidenciales de la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) que se hicieron pasar por integrantes de la facción del cártel de Sinaloa al servicio de Rafael Caro Quintero para acordar la supuesta compra de cocaína desde Sudamérica.
Ante tal escenario, el embajador De la Fuente aseguró durante su intervención en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de este martes que resulta, ciertamente preocupante, el elevado número de personas desplazadas que hay en Colombia. Motivado, entre otros factores por las acciones de los grupos armados ilegales.
“Es evidente que subsisten desafíos en lo referente a la sustitución de cultivos ilícitos. Pero, es inobjetable, el hecho de que casi 100 mil familias participan en el programa nacional integral de sustitución de cultivos”, explicó al respecto.
En otro punto, México, a través de su representante permanente en la ONU, subrayó la importancia de que el proceso de la paz en Colombia, debe ser abordado, también, con perspectiva de género.
“Conforme avanza el trabajo de la jurisdicción especial para la paz debe profundizarse en el impacto de la violencia sexual relacionada con el conflicto y reforzar el enfoque de género en las investigaciones (…) sin ellas cualquier proceso de paz y reconciliación quedaría incompleto”, sostuvo De la Fuente.
Finalmente, ante los retos que enfrenta Colombia en el proceso de paz, iniciado en septiembre de 2012, por el entonces presidente de ese país, Juan Manuel Santos, y los grupos guerrilleros que, se han fragmentado, y abocado al mercado ilegal de estupefacientes, el embajador mexicano detalló que “hay claros motivos para mantener una fundada esperanza en que Colombia será un gran ejemplo de paz y reconciliación. México acompaña a esta nación hermana en su camino y le reitera su apoyo y solidaridad”.
KACY