México, una nación hospitalaria

La aldea

El país mantiene una larga tradición de recibir tanto a connotados políticos perseguidos en sus naciones como a miles de ciudadanos comunes que huyen de dictaduras y gobiernos opresores.

En el gobierno de Lázaro Cárdenas llegaron hasta 25 mil españoles. (Archivo MILENIO)
Liliana Padilla
México /

México ha otorgado asilo político en diversas ocasiones a personajes como León Trotski, Fidel Castro y Víctor Raúl Haya de la Torre. Además, ha recibido por miles a españoles, argentinos y chilenos que huyeron de las dictaduras en sus países.

Trotski, el principal impulsor de la Revolución Rusa, enemigo de Lósif Stalin, tuvo que salir de su país desterrado para buscar asilo primero en Noruega y posteriormente, por intercesión del muralista Diego Rivera, llegar a México; fue el presidente Lázaro Cárdenas quien le otorgó el asilo político en 1936.

Después de pasar dos años preso, Fidel Castro se refugió en México, desde donde escribió los manifiestos que dieron paso a la Revolución cubana que acabó con la dictadura de Fulgencio Batista.

Tras el golpe de Estado de 1973 en Chile, que derrocó al presidente Salvador Allende, miles de chilenos se exiliaron en México durante el tiempo que duró la dictadura de Augusto Pinochet. A esa lista se sumaron uruguayos, argentinos y peruanos que huían de las persecuciones políticas de gobiernos dictatoriales.

Durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas, también encontraron refugio en México entre 20 mil y 25 mil españoles que simpatizaban con el gobierno republicano derrotado en la Guerra Civil y la represión durante la dictadura de Francisco Franco.

Los refugiados españoles ayudaron a crear la Casa de España en México, hoy El Colegio de México, y el Fondo de Cultura Económica, entre otras instituciones, además de reforzar la plantilla de maestros de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

El exilio masivo de españoles a México inició el 13 de junio de 1939, antecedido por la llegada en 1937 de los 456 niños que huían de los estragos de la Guerra Civil, quienes fueron enviados a Morelia, Michoacán, para su protección.

Esos niños españoles llegaron a Morelia por iniciativa de la esposa del presidente Cárdenas, Amalia Solórzano, con la idea de acogerlos un breve tiempo mientras terminaba la guerra, pero la derrota republicana impidió su regreso y se convirtieron en pioneros del exilio en México.

Unos 14 mil argentinos también encontraron refugio en México mientras su país atravesaba por la dictadura militar, entre 1976 y 1983. Sindicalistas, políticos, artistas, filósofos, militantes, e integrantes de movimientos de izquierda fueron perseguidos y reprimidos por lo que encontraron cobijo en México. Fueron los centros educativos de nivel superior los que sirvieron de plataforma para resguardar su estancia.

En 2009, tras el golpe de Estado en Honduras, Manuel Zelaya pidió al gobierno de Felipe Calderón asilo político. Las autoridades mexicanas enviaron un avión por el mandatario depuesto, pero las negociaciones con el gobierno de facto fracasaron y la aeronave que lo recogería, junto con su familia, fue desviada a El Salvador.

En el siglo XIX, el libertador y escritor cubano José Martí perseguido en su país encontró asilo por dos años en México. Lo mismo que el político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, quien huyó de su país debido a su disidencia ideológica durante la dictadura de Augusto Leguía, en la primera mitad del siglo XX.

Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, señaló que México, a lo largo de su historia se ha caracterizado por su tradición en materia de protección a asilados, al mostrarse como un Estado incluyente y solidario cuyas puertas han estado abiertas para quienes han tenido la necesidad de abandonar sus países por persecución política y otras causas.



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