Michael Cohen comenzó a trabajar con Donald Trump en 2006. Muchas veces lo llamaban el "limpiador" de Trump. Se le consideraba un hombre sumamente leal al magnate inmobiliario. Sin embargo, Cohen ha insinuado en entrevistas que podría cooperar con la Justicia.
Las investigaciones de la policía sobre el ex abogado del presidente Donald Trump están centradas en un fraude fiscal y bancario por valor de 20 millones de dólares.
Según el periódico The New York Times, el fraude está relacionado con créditos otorgados a empresas de taxis que pertenecían a Cohen y su familia.
A finales de julio, el propio Cohen filtró a la CNN una grabación en la que él y Trump hablan antes de las elecciones de 2016 sobre otro posible pago para silenciar a la ex modelo de Playboy Karen McDougal, quien asegura haber tenido un idilio con el ahora presidente de Estados Unidos.
El abogado de Cohen dijo que los investigadores recibieron la información sobre su defendido de parte de Robert Mueller, el ex director del FBI e investigador especial en el caso de la presunta injerencia rusa en las elecciones estadunidenses.
Aunque Cohen no coopere con los investigadores, el hecho de que se declare culpable podría representar un golpe para Trump. Cohen es descrito como el "fixer" (alguien que resuelve cosas) del republicano y se lo consideraba muy cercano al mandatario.
Cohen también recibió el año pasado 600 mil dólares del grupo de telecomunicaciones AT&T a cambio de asesoramiento sobre la fusión con Time Warner, que el actual gobierno estadunidense quiere bloquear.
Cohen, de 51 años, rindió su declaratoria de culpabilidad hoy en una corte federal de Nueva York y se declaró culpable de cargos que incluyen fraude de financiamiento de campaña derivado de los pagos hechos a la actriz porno Stormy Daniels.
JOS