Michel Fourniret, el asesino en serie más conocido de Francia, apodado "el ogro de las Ardenas" por la muerte de al menos ocho niñas y adolescentes, murió durante esta jornada a los 79 años tras estar internado desde el 28 de abril en un hospital del país europeo, informó la Fiscalía de París.
El sujeto cumplía dos condenas de cadena perpetua y había sido ingresado en el hospital de La Pitié-Salpêtrière de París en situación "irreversible".
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La Fiscalía informó en un comunicado se abrió una investigación para "determinar las causas de su muerte", una práctica sistemática en caso cuando es a un prisionero, indicaron fuentes cercanas.
En total, Fourniret fue condenado por ocho asesinatos, aunque la Justicia investigaba su posible implicación en otras dos muertes, y él se atribuía un total de once víctimas.
Fue detenido en 2003 en Bélgica tras intentar secuestrar a una niña, y las autoridades comenzaron a ver en él al responsable de las desapariciones de menores de edad en las Ardenas, una región boscosa situada entre el sur de Bélgica y el noreste de Francia.
Su tercera esposa, Monique Olivier, fue considerada cómplice por ayudar a atraer a varias de las víctimas, y condenada a 28 años de prisión.
A pesar de su confesión y detalles aportados por Olivier, el cuerpo de la niña aún no ha sido encontrado.
No habrá "ningún juicio" ni "ninguna posibilidad de tener las respuestas esperadas", lamentó Didier Seban, abogado de varias familias de desaparecidos.
Hijo de una familia de un padre alcohólico y una madre abusadora, Fourniret comenzó a tener problemas con la Justicia por abusos sexuales ya en 1967, con 25 años y padre de familia, por agresión a una niña.
Descrito por los investigadores de su caso como muy inteligente, perverso y obsesionado con la virginidad, entre 1984 y 1987 purgó una primera pena de prisión por agresiones sexuales y violaciones de menores de edad.
Tras conocer a Olivier en prisión, formaron una pareja al quedar él en libertad y se fueron a vivir a una zona rural de Bélgica. Financiaron la compra de una gran vivienda con el botín de una banda de atracadores.
Allí comenzó en diciembre de 1987 un periplo asesino por la zona fronteriza, que no terminó hasta su detención en 2003, aunque uno de crímenes ocurrió en Nantes (costa atlántica).