Miles de personas despidieron en una multitudinaria marcha marcada por la indignación y la congoja a la concejal de izquierda Marielle Franco, asesinada la víspera a balazos en pleno centro de Río de Janeiro.
El asesinato de la dirigente del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), de 38 años, causó conmoción dentro y fuera de Brasil y llegó a ser el asunto más comentado en Twitter, con etiquetas como #MariellePresente.
En mensajes y comunicados, la ONU y figuras del mundo del espectáculo y del deporte pidieron esclarecer el crimen de una firme defensora de los derechos de las mujeres, de los negros, de los habitantes de las favelas y de la comunidad LGBT, grupos de referencia en los que ella misma se enmarcaba.
Por la tarde, el féretro fue conducido al cementerio de Cajú, en la zona norte de Río, donde ante unas decenas de parientes y allegados un cura católico clamó por "justicia" y pidió que la sangre de Marielle Franco "fecunde nuestra tierra".
En el centro de Rio, los manifestantes, muchos vestidos de negro, fustigaron a la Policía Militar (PM), acusada frecuentemente de abusos y de corrupción, y pidieron el fin de la intervención militar de Rio que el presidente Michel Temer decretó hace un mes para tratar de frenar una ola de inseguridad.
"No acabó, debe acabar, yo quiero el fin de la Policía Militar", coreaba la multitud. "Basta de muerte, de intervención, llegó la hora de la reacción", se oía también.
"Estoy devastada, triste, sin esperanza, ella representaba todo lo nuevo que esperamos: una mujer negra, de la periferia, que logró un lugar de representatividad y marcaba todas las grandes causas por las cuales luchamos", afirma sin poder contener las lágrimas Ana Paula Brandao, también negra de 48 años, trabajadora de una fundación.
"Esto es un genocidio negro. Tantos jóvenes muriendo (...) No estamos acá solo por ella, estamos acá por todos nosotros", dice Marlon Eduardo, un estudiante de sociología de 20 años, residente en la violenta Baixada Fluminense, en los suburbios de Rio.
Con la presencia insigne de Chico Buarque frente a la Asamblea Legislativa del Estado de Rio (Alerj), la muchedumbre estalló a menudo en gritos de "Fora Temer". Las protestas también se extendieron en otras ciudades como Sao Paulo.
La política y el crimen
El presidente brasileño calificó el asesinato de "inadmisible" y denunció "un atentado contra la democracia y el estado de derecho", en un video divulgado en redes sociales.
Su ministro de Seguridad Pública, Raul Jungmann, denunció "un crimen bárbaro que trata de silenciar a una persona que defendía a las comunidades de Rio", aunque se abstuvo de avanzar hipótesis sobre los ejecutantes.
Marielle Franco fue abatida a bordo de un vehículo en el centro de Río, junto al conductor, cuando regresaba de un acto de empoderamiento de mujeres negras. Su asesora de prensa sobrevivió al ataque.
"Independientemente de la motivación de los autores de la ejecución, lo que ocurrió ayer fue un asesinato político", afirmó Silvia Ramos, coordinadora del Centro de Estudios sobre Seguridad y Ciudadanía y del Observatorio de la Intervención Militar, al cual pertenecía Marielle Franco.
"Se trata de un nuevo grado de profundización de las dinámicas de la violencia en Rio de Janeiro (...). La muerte de Marielle representa una amenaza para los activistas de las favelas, de los líderes comunitarios y de los defensores de los derechos", agregó la investigadora en un comunicado.
Denuncias de atropellos policiales
Franco denunció en las últimas semanas un incremento de la violencia policial en las favelas y se opuso a la intervención militar de Rio, que busca contener una escalada de violencia que no para de crecer desde el fin de los Juegos Olímpicos de 2016.
Hace dos semanas, Franco asumió la función de relatora de la Comisión de la Cámara de Concejales de Rio, creada para vigilar la actuación de las tropas a cargo de la intervención, algo sin precedentes desde el retorno de la democracia en 1985.
El 10 de marzo, la concejal denunció en las redes sociales una operación policial en la favela de Acarí.
"Existe en Rio de Janeiro una cultura de matriz mafiosa, de eliminación de personas que se oponen de alguna forma o resisten a las organizaciones criminales", y eso sería lo que ocurrió con Marielle Franco, dijo el jurista Walter Maierovitch, ex secretario Antidrogas (1999) y presidente del Instituto de Ciencias Criminalísticas Giovanni Falcone.
Nacida y criada en el complejo de favelas de Maré, una de las zonas más violentas de la ciudad, se había graduado en sociología y realizó una maestría en Administración Pública.
Franco había entrado en la Cámara Municipal de Rio en las elecciones de 2016, como quinta concejal más votada, con 46 mil apoyos.
jamj