Miles de personas se manifestaron el jueves en Tel Aviv, Israel, a favor del proyecto de reforma judicial propuesto por el gobierno israelí, que ha sumido al país en una crisis política, según periodistas de AFP.
Durante la primera gran protesta organizada en apoyo al proyecto presentado en enero por el primer ministro Benjamin Netanyahu, los manifestantes gritaron "El pueblo exige una reforma judicial".
El político anunció el lunes una "pausa" en el examen legislativo de su polémica reforma después de casi tres meses de protestas, el inicio de una huelga general y divisiones en el seno de la mayoría gubernamental.
Netanyahu, quien asumió el poder en diciembre, lidera una coalición que incluye a partidos de extrema derecha y ultraortodoxos, lo que lo convierte en el ejecutivo más derechista de la historia de Israel.
"Estamos en democracia, ganamos y no es normal que no nos dejen gobernar como quisiera la mayoría", afirmó Meirav Reuven, una economista de 52 años que llegó desde Asdod para "apoyar" a Netanyahu y Yariv Levin, su ministro de Justicia.
El proyecto busca incrementar el poder de los políticos sobre los jueces y disminuir el papel de la Corte Suprema. Sin embargo, sus detractores consideran que la reforma amenaza la separación de poderes y por tanto el carácter democrático del Estado de Israel.
"No estoy de acuerdo con los que dicen que la reforma es una amenaza para la democracia. Pienso que la democracia es la voluntad del pueblo, es lo que el pueblo quiere. No es normal que una minoría en la Corte Suprema determine la política del país, eso no debe ser así", declaró Yahel, un empleado del sector turístico de 28 años.
Desde enero, se han convocado manifestaciones casi semanales los sábados por la noche en contra del proyecto.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, organizó el martes una "reunión de diálogo" entre partidos oficialistas y opositores sobre la reforma.
Según un alto cargo israelí, Netanyahu está dispuesto a encontrar un compromiso. Sin embargo, varios comentaristas políticos y líderes de la oposición se muestran mucho más escépticos sobre las posibilidades de éxito de la mediación presidencial.
MO