La Operación Carlota, secreto militar guardado celosamente entre ocho millones de personas” en el decir del afamado escritor Gabriel García Márquez, cumplió hoy 47 años de iniciada en Angola para concluir tres lustros después con el saldo de unos dos mil cubanos muertos y la caída del apartheid en Sudáfrica.
“Tras una reunión larga y serena (en La Habana), la primera unidad regular de tropas cubanas fue enviada el 5 de noviembre de 1975, a fin de apoyar al Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) y proteger la integridad física de los instructores cubanos que ya se encontraban allí, a solicitud del líder Agostinho Neto”, recuerda la cronista Daily Pérez Guillén.
Había comenzado así el mayor despliegue de tropas regulares cubanas lejos de sus fronteras y, paradójicamente, los servicios secretos del mayor adversario de la isla, Estados Unidos, se enteraron, al igual que las tropas blancas de Sudáfrica, cuando la guerra en Angola registró un giro insospechado en Washington y Pretoria.
"Cómo estarán de deteriorados nuestros servicios de información, que no nos enteramos de que los cubanos iban para Angola sino cuando ya estaban allí", reconoció meses después del desembarco el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger.
La independencia de Angola de Portugal se había firmado en Lisboa el 16 de enero de 1975, pero desde República del Zaire, tropas vinculadas a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos penetraron en territorio angolano por el norte (zona petrolera); por el oeste avanzaban las fuerzas de la UNITA de Jonas Savimbi, asociadas a militares portugueses y compañías extranjeras; y desde el sur (Namibia) lo hacía el ejército sudafricano que, según historiadores, “avanzaba a 70 kilómetros diarios”.
Costos de la acción cubana
En 15 años, Cuba desplegó en Angola 377 mil combatientes y unos 50 mil colaboradores civiles en los sectores de educación, salud, construcción y cultura. Cientos de familias perdieron algún ser querido y aún recuerdan aquellos acontecimientos.
“Había tantos barcos cubanos anclados en la bahía de Luanda, que el presidente Agostinho Neto, contándolos desde su ventana, sintió un estremecimiento de pudor muy propio de su carácter, No es justo, le dijo a un funcionario amigo. A este paso, Cuba se va a arruinar", escribió García Márquez, dos años después de que todo comenzara.
“Lo que nunca olvidaré son los muertos por el cólera en todas partes, el hambre que pasamos y el racismo de sectores negros hacia los mestizos, a los que llamaban cabritos, causa de aquel frustrado intento de golpe de estado contra Neto en 1977”, rememora a MILENIO la cubana Vivian Núñez Menéndez, quien llegó a Luanda en avión de cuatro hélices del tipo “Britannia”, tras salir de La Habana el 30 de abril y aterrizar en la capital angolana el 2 de mayo de ese año.
Luego de tres lustros de luchas, Angola consolidó su independencia con el control de todo su territorio; muerto Savimbi, la UNITA se convirtió en partido de oposición de sucesivos gobiernos encabezados por el MPLA; y Sudáfrica se retiró primero de Namibia y vio caer acto seguido al régimen racista del apartheid.
“Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, a la libertad y a la justicia en África que no tiene paralelo”, escribiría poco después de su excarcelación el líder sudafricano Nelson Mandela.
MO