Aunque frágiles, los cuatro niños indígenas rescatados de la selva de Colombia tras una asombrosa hazaña de supervivencia se encuentran "fuera de peligro" y "contentos" en un hospital de Bogotá, informaron el gobierno y familiares de los menores este sábado.
"Acabo de mirar a los nietos. Primero, tienen vida, están muy acabaditos, pero yo sé que están en buenas manos", dijo a la prensa Fidencio Valencia, indígena huitoto de 47 años, a las afueras de un hospital militar de la capital.
Lesly (13 años), Soleiny (9), Tien Noriel (5) y Cristin (1) viajaban junto a su madre, un líder de su comunidad originaria y un piloto en un avión monomotor que cayó a tierra el pasado 1 de mayo y quedó con el frente destrozado en medio de la espesa selva del departamento de Caquetá (sureste). Todos los adultos fallecieron y sus cadáveres fueron encontrados en los alrededores del accidente. Los niños, en cambio, fueron hallados 40 días después.
Están "impactados", pero "de acuerdo a los informes médicos, están fuera de peligro", informó el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
A Lesly "tenemos que reconocerle no solo su valor, sino su liderazgo. Fue por ella que los tres hermanitos pudieron sobrevivir a su lado. Con sus cuidados, con el conocimiento de la selva", añadió en rueda de prensa.
El general Carlos Rincón, médico del hospital, indicó que los niños están en "condiciones clínicas aceptables" y recibirán "soporte tradicional y psicológico para poder adecuarse a estas nuevas condiciones".
Con perros rastreadores, helicópteros y aeronaves, un centenar de militares y decenas de indígenas dieron con el paradero de los menores el viernes. En las primeras imágenes se les veía frágiles, delgados y sin zapatos.
"Ellos están contentos al ver a la familia (...) tienen todos los sentidos completos", añadió su abuelo con un poncho alrededor del cuello.
"Hijos del monte"
La operación de rescate se extendió hasta la madrugada de este sábado. Los niños fueron trasladados en helicóptero a la ciudad más cercana de San José del Guaviare y, luego, la Fuerza Aérea los llevó a Bogotá, donde están recibiendo atención médica.
"Ellos son hijos del monte" y saben cómo sobrevivir en la Amazonía, se regocijó Valencia.
El presidente Gustavo Petro anunció el rescate el viernes y este sábado visitó a los menores en el hospital, sin ofrecer declaraciones.
"El encuentro de saberes: indígenas y militares (...) este es el verdadero camino de la Paz", celebró el mandatario en Twitter.
Cuadrillas mixtas recorrieron 2 mil 656 km siguiendo el rastro de los menores, con tácticas militares y prácticas tradicionales de las comunidades originarias. Les lanzaron decenas de kits de supervivencia desde aviones, mientras reproducían un mensaje de la abuela en lengua huitoto en el que les pedían dejar de avanzar.
A mediados de mayo soldados encontraron la avioneta destruida con los adultos muertos.
A partir de entonces se lanzó la espectacular operación de búsqueda por cielo y tierra en el que hallaron pistas que daban cuenta de que al menos uno de los niños seguía vivo: tijeras, un biberón, frutas mordidas, refugios improvisados con hojas.
Indicios de que los menores estaban deambulando entre la tupida vegetación, donde habitan jaguares, pumas y serpientes venenosas entre los departamentos sureños de Guaviare y Caquetá.
Según mapas del Ejército, los hermanos se encontraban a 5 km del lugar del accidente. Decenas de uniformados e indígenas tuvieron que ser relevados durante el operativo por la dureza del clima y el terreno.
"Somos muy guerreras"
Con 13 años y una naturaleza "guerrera", Lesly mantuvo a salvo a sus hermanos menores, dice la abuela de los cuatro niños indígenas desamparados en la Amazonía colombiana.
"Siempre ella los cuidaba cuando la mamá trabajaba. Les daba fariñita, casabito (harina y pan de yuca), cualquier frutica en el monte", dice a la AFP Fátima Valencia, la madre de Magdalena Mucutuy, quien murió cuando la avioneta en la que viajaba junto a sus hijos se desplomó el 1 de mayo.
Las mujeres indígenas "somos muy guerreras", enfatiza Valencia, quien aguarda en un hotel de la ciudad de Villavicencio (centro) el momento de ver a sus nietos.
"No bajamos la guardia con el abuelo, con mi hermano, todas las noches oramos" relata Fátima. Encomendaron el destino de los menores a los "espíritus del tabaco y del mambe", una preparación a base de hoja de coca que usan los originarios en sus rituales.
Fieles a las creencias del pueblo huitoto, sospechaban que alguna fuerza sobrenatural impedía el rescate.
"Sí es verdad"
Tras el hallazgo, los abuelos agradecieron al centenar de militares e indígenas que trabajaron hombro a hombro en la búsqueda. "También a la madre tierra que los soltó", agregó Fátima.
En un principio la denominada "Operación Esperanza" siguió el rastro de los niños en un área de unos 323 kilómetros cuadrados, equivalentes a toda la provincia de Buenos Aires. La semana pasada el Ejército logró reducir la zona a 20 kilómetros cuadrados, pero fuertes lluvias que se prolongan hasta 16 horas al día dificultaban la tarea.
El país se ilusionó el 17 de mayo con el supuesto rescate de los niños, cuando el presidente Gustavo Petro lo anunció en falso. Al día siguiente se retractó y aseguró que había sido mal informado.
En esta ocasión, el mandatario dio la noticia con imágenes de los menores en medio de la selva como prueba del rescate.
"Hasta que yo miré las fotos de ellos (dije): sí es verdad", cuenta Fátima aliviada.
En las imágenes se ven muy delgados y no tienen zapatos. Médicos aguardan su llegada a un aeropuerto militar de Bogotá para valorarlos.
Sin embargo, Fátima y Fidencio piden ser los primeros en atenderlos: "Tenemos que soplar el cuerpo de ellos para que cojan fuerza y ahí los entregamos para que ya los mire la parte occidental", dice la abuela.
En adelante espera tener la "custodia" de los menores, tras la muerte de su madre: "Yo puedo darles educación, puedo todavía (...) Ese va a ser mi orgullo. Mi hija está viendo y ella me va a dar espiritualmente ánimo, fuerzas", aseguró.
El perro Wilson
En entrevistas con la AFP, los abuelos aseguraron que la mayor de los hermanos "es muy inteligente", "fuerte" y de naturaleza "guerrera", cualidades que le permitieron mantener a salvo a los más pequeños. Los dos menores cumplieron años en la selva.
Aparte de animales salvajes y una vegetación hostil, la selva amazónica alberga a guerrilleros que se apartaron del pacto de paz firmado por las FARC en 2016.
"Recorrimos con lluvia, con tempestad, con muchas situaciones difíciles, pero con toda la esperanza y la fe espiritual de poderlos encontrar", contó a la AFP Luis Acosta, uno de los guardias indígenas que participó en los operativos.
Wilson, un perro rastreador que halló varias de las pertenencias de los menores, ahora está perdido en la espesa vegetación, según el Ejército.
Militares y gobierno no descartan que el animal se haya cruzado con los menores en algún momento de su odisea.
"Lesly nos sonrió, nos dio un abrazo, nos contó del perrito", lanzó Astrid Cáceres, directora de la entidad estatal que vela por los derechos de los niños.
En esa región de difícil acceso por río y sin carreteras, los pobladores suelen viajar en vuelos privados.
Los menores abordaron la avioneta junto a su madre el 1 de mayo para huir de guerrilleros que reclutan y atemorizan a los habitantes de la zona, según el Ejército
MO