El conflicto entre Rusia y Ucrania sigue escalando en intensidad, marcando nuevas dinámicas militares, diplomáticas y estratégicas que reflejan la complejidad de una guerra que ya supera los dos años y medio.
Ucrania intensificó su ofensiva con el uso de misiles de largo alcance, como los Storm Shadow británicos y los ATACMS estadunidenses, marcando un punto de inflexión que provocó una respuesta contundente de Rusia.
Por su parte, Moscú recurrió a nuevos sistemas balísticos hipersónicos, destacando el reciente ataque con un misil de alcance medio Oreshnik contra la ciudad de Dnipró.
Este tipo de armamento refuerza el carácter global del conflicto, en el que aliados como Corea del Norte comenzaron a jugar un papel significativo.
Corea del Norte y Rusia: alianza en desarrollo
En el último año, la colaboración entre Pionyang y Moscú se ha intensificado mediante el intercambio de tecnología militar y el envío de tropas norcoreanas al frente ucraniano.
Equipos como lanzacohetes múltiples y misiles balísticos han sido exhibidos y denunciados como transferencias destinadas a reforzar la invasión.
Tensiones y reacciones internacionales
El despliegue de misiles rusos generó reacciones contundentes desde Ucrania y sus aliados.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, exigió una respuesta global más firme, señalando que la inacción podría dar margen a una escalada aún mayor.
La OTAN, por su parte, afirma que los recientes ataques no alterarán su respaldo a Kiev, mientras que Estados Unidos y Francia condenaron los eventos como una peligrosa intensificación del conflicto.
En esta cobertura en MILENIO, te brindaremos los últimos desarrollos y declaraciones clave que definen el estado actual de este conflicto, que amenaza con tener implicaciones globales.