La danza y el grito de guerra con los que NZ se repone a la masacre

Frente a las mezquitas de Christchurch varias personas hicieron la danza ritual del Haka, una tradición maroí para mostrar solidaridad con los musulmanes.

El Haka no es sólo un grito de guerra, es también una ceremonia de luto que mezcla a la vez la desconfianza y la belleza. REUTERS
AFP
CHRISTCHURCH /

Los neozelandeses se golpean el pecho, golpean el piso con los pies y sacan la lengua, se libran a la danza ritual del Haka, tradición maroí, grito de guerra, para mostrar su solidaridad con los musulmanes enlutados luego de los ataques de las dos mezquitas de Christchurch.

De todas las edades y orígenes, los habitantes de esta nación del Pacífico Sur, ejecutan el rito intimidante de manera espontánea y que comienza diciendo: "¡Vivo! ¡Muero!".

Esta danza ritual es un símbolo reconocido en el mundo entero por la selección neozelandesa de rugby, los All Blacks, que lo ejecutan antes de cada partido.

El rito, intimidante, con gestos agresivos, puede desentonar con la atmósfera sombría que reina desde que un extremista blanco mató a 50 musulmanes el viernes en dos mezquitas de Christchurch, en la Isla Sur.

Pero el Haka no es sólo un grito de guerra, es también una ceremonia de luto que mezcla a la vez la desconfianza y la belleza, en un torbellino de emociones puras, explica Te Kahauti Maxwell, profesor de maorí de la Universidad Waikato.

"El Haka sirve a la muerte y al duelo. Forma totalmente parte del proceso de duelo maorí. Sirve para mostrar su amor y su compasión. Sirve para levantar el ánimo de familias de luto", explica.

Los miembros de una banda de moteros se unieron a niños para comunicar esta emoción ejecutando un Haka para los allegados de las víctimas reunidos cerca del hospital de Christchurch.

Don de Dios

En toda Nueva Zelanda se organizaron otros Hakas, pero también en Australia en donde viven muchos neozelandeses.

Según la mitología maorí, el Haka es ancestral, una donación de Tane-rore, hijo de Tama-nuira, el dios sol.

​Como cuando el calor en un día de verano oscila a la vista, "en el Haka, cada parte del cuerpo tiembla, de la cabeza a los pies", explica Maxwell.

Lisa Tumahai, jefa de los Ngai Tahu, la principal tribu de Isla Sur, explica que es natural para los neozelandeses recurrir a su danza tradicional.

"Poco importa que estemos enojados, que tengamos miedo, tenemos que unirnos en una sola comunidad sólida para mostrar nuestra compasión hacia los que hicieron de Aotearoa su casa y que perdieron a sus allegados", afirma.

Aotearoa significa "el país de la larga nube blanca", y es el nombre maorí de esta nación de menos de cinco millones de habitantes.

Las tribus maorí, las escuelas y los equipos de deporte tienen una versión propia del Haka.

La de los All Blacks, llamada "Ka mate, Ka mate" cuenta la historia de un guerrero de 1820, Te Rauparaha que se escondió en un foso para escapar a sus enemigos.

Las palabras "¡Vivo! ¡Muero!"describen el estado de Te Rauparaha, que piensa en lo que puede sucederle.

Para Maxwell, el Haka es particularmente apropiado por la tristeza general que se apoderó del país ya que "nos invadieron y se cometió un acto terrible".

Cuando el atacando disparó sobre sus víctimas el viernes, "podemos imaginarnos que pensaban '¿voy a vivir? ¿voy a morir?'".

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