Las autoridades en China instaron a decenas de millones de habitantes a quedarse en casa el lunes debido a la ola de calor que azota el país asiático, donde varias ciudades están en alerta roja tras las altas temperaturas registradas.
Varias olas de calor han tenido lugar en 2022 en todo el mundo, como en julio en Europa occidental y en India en marzo-abril.
Para los científicos, la multiplicación de estos fenómenos es consecuencia directa del cambio climático y China no es una excepción.
La ciudad de Shanghái alcanzó recientemente su mayor récord de temperaturas en 149 años, con 40.9 grados Celsius. El fin de semana, las provincias de Zhejiang y Fujian (este) experimentaron también temperaturas superiores a los 41 grados Celsius, con récords históricos en dos ciudades de estas provincias.
Los habitantes de las zonas en alerta roja (principalmente en el sureste y noroeste del país) deben "abandonar toda actividad en el exterior" y "estar particularmente atentos a la prevención de incendios", anunció el servicio meteorológico nacional.
Para refrescarse, cientos de chinos se precipitaron el domingo a la playa de Xiamen, en la provincia de Fujian.
La ola de calor presiona el sistema eléctrico chino ya que tanto los habitantes y las empresas aumentan el consumo de aire condicionado. Las mayores centrales eléctricas del país batieron sus récords de capacidad a mediados de julio, según la publicación especializada en energía Sxcoal.
En algunas provincias, las autoridades locales decidieron apagar el alumbrado público y cobrar más a los comercios por la electricidad durante las horas de máxima demanda.