Un fraude en el que los principales ejecutivos de Trump Organization eludieron impuestos sobre la renta personal en lujosas bonificaciones laborales, infringiendo un golpe simbólico y apenas para una empresa que presume de tener miles de millones de dólares en activos, recibió una multa por 1.6 millones de dólares como castigo.
Una multa era la única sanción que un juez podía imponer a la Organización Trump luego de haber sido declarada culpable el mes pasado de 17 delitos fiscales, incluida asociación ilícita y falsificación de registros en los libros contables.
La cantidad impuesta por el juez Juan Manuel Merchan fue la máxima permitida por la ley, equivalente al doble de los impuestos que un pequeño grupo de ejecutivos evitó en prestaciones que incluyeron apartamentos de alquiler gratuito en los edificios de Trump, autos de lujo y matrículas en escuelas privadas.
El propio Trump no fue juzgado y negó tener conocimiento de que sus ejecutivos evadieran impuestos ilegalmente.
La Organización Trump fue acusada a través de dos de sus subsidiarias: Trump Corp., que recibió una multa de 810 mil dólares; y Trump Payroll Corp., que fue multada con 800 mil dólares.
Si bien la multa —menos de los que cuesta un apartamento en la Torre Trump— no es lo suficientemente grande como para afectar las operaciones de la compañía o su futuro, la declaratoria de culpabilidad fue una marca negra en la reputación del republicano como un hombre de negocios inteligente mientras monta una campaña para recuperar la Casa Blanca.
Ni el expresidente ni sus hijos, que ayudaron a dirigir y promover la Organización Trump, estuvieron en la sala del tribunal para la audiencia de sentencia.
El fiscal Joshua Steinglass dijo que la multa constituye "una fracción de los ingresos" de la Organización Trump y que el fraude fue "de gran alcance y descarado".
"Todas estas prácticas corruptas eran parte del paquete de compensación ejecutiva de la Organización Trump, y ciertamente era más barato que pagar salarios más altos a esos ejecutivos", agregó.
LG