Óscar de la Torre, el tenor mexicano que maravilló al mundo, revive los hitos de su carrera

Embajadores de a pie

Óscar llegó a Europa "como la India María", sin más que un par de maletas, pero su voz brava le bastó para enamorar al continente.

El canto de Óscar de la Torre ha conquistado los más prestigiosos escenarios de Europa | Óscar Ávila
Serrat García
Múnich /

La vida de Óscar de la Torre demuestra que el talento no conoce fronteras y que la disciplina construye puentes para recorrer el mundo, porque su canto ha enamorado al público en los más prestigiosos escenarios de América y el viejo continente.

Su historia inaugura nuestra sección especial Embajadores de a pie, que recogerá ejemplos de mexicanos exitosos fuera del país, quienes ponen en alto sus orígenes y elevan la cultura del lugar donde radican. Sigue las próximas entregas en esta misma página. 

En entrevista con MILENIO, el tenor mexicano sonríe al recordar los hitos de su carrera, y cómo cambiaron su vida (como la primera vez que su voz llegó a un público europeo en 2005 o cuando consiguió un hogar en Alemania sin hablar el idioma).

Pero el hombre que ganó el premio Ópera de Bellas Artes en el concurso Carlo Morelli (triunfo que lo motivó a cruzar el Atlántico para encantar a nuevos oyentes) pudo tener una vida completamente distinta, porque en sus primeros años de vida tenía el sueño de ser futbolista.

"Yo a la música y al futbol los llevé siempre en paralelo, las dos cosas. De hecho mi mayor sueño primeramente era ser futbolista. Estuve en las fuerzas básicas de Pumas, en la reserva de Atlante, estuve un poco probando en el América. Pero estuve más en Atlante y Pumas", recuerda en videollamada desde su casa en Múnich.

Pese a la fructuosa carrera pambolera que consiguió durante su juventud, las heridas incapacitantes que sufrieron dos de sus colegas lo hicieron elegir sus dotes en la ópera por encima de los gritos de 'cachún cachún, ra ra' en los estadios.

Ingremisco, en voz de Óscar de la Torre:

"Nada más de ver cómo le voltearon el tobillo y la rodilla a unos de mis amigos sí me puse a pensar muy seriamente que me encantaba el futbol, pero que en un momento tu carrera puede terminar. Yo llevaba las dos carreras a la par y entonces decidí dedicarme de lleno a la carrera de cantante de ópera y de conciertos", cuenta a las cámaras de MILENIO.

Afortunadamente, la destreza física de Óscar todavía lo acompaña en las retas que disfruta jugar con sus dos hijos, pese al clima gélido al que confiesa todavía no haberse acostumbrado, porque su "termostato todavía es mexicano".

"Aquí en el jardín con los niños algunas veces me he puesto ahí a 'cascarear' como decimos coloquialmente. Y luego me dicen los amiguitos de mi hijo 'órale con tu papá', porque como dicen 'lo que bien se aprende no se olvida'", reconoció entre risas. 

Primeros laureles en México

Óscar de la Torre dejó los shorts deportivos y los tacos para vestir de gala en los escenarios más prestigiosos del país, con la voz entrenada por maestros de renombre en el extranjero. Rápidamente comenzó a coleccionar alabanzas. 

"Hay muchas historias encontradas. Por supuesto cuando yo tomé la decisión de ser cantante de ópera mi papá se puso muy contento, mi mamá no tanto, pero después le dio mucho gusto al ver cómo iba desarrollándose mi carrera", respondió a la pregunta sobre sus inicios.

De escenario en escenario, el tenor llegó al "concurso de canto más importante de México que es el (Carlo) Morelli" en 2002, del que salió triunfante. Ahí se convenció de que estaba hecho para ser cantante y dio el salto de fe.

Stabat mater dolorosa, interpretada por el mexicano:

"A partir de ahí se volvió un escaparate para mí y me empezaron a llamar muchísimas orquestas de México y pude realizar mi debut con la orquesta de Bellas Artes, y de ahí vinieron muchas más invitaciones y fue ahí cuando empecé a tomar la idea más en serio de ir hacia Europa", celebró.

De la Torre pasó de ser ovacionado por La Rebel de los Pumas a ser aplaudido por jueces de Bellas Artes. Con tal reconocimiento en la tierra que lo vio nacer, el paso más lógico era expandir su público más allá de las fronteras.

De conquistar Italia a probar suerte en Alemania

Una vez alcanzada la cima en su país natal, Óscar tomó su primera oportunidad de presentarse en Europa frente a un público croata en 2005. Pero en aquél momento no estaba solo, pues viajó del otro lado del charco acompañado de un elenco enteramente mexicano.

"Tuve la oportunidad en Croacia con la sala de conciertos Vatroslav Lisinski (...) para mí fue una experiencia tremenda porque primeramente la ópera era de un gran grado de dificultad muy grande, duraba casi tres horas. Era ópera contemporánea y no había ninguna referencia, ninguna grabación y fue la verdad un gran reto cantar esta ópera", reconoce conmovido el mexicano. 

El compañerismo típico de los mexicanos salió a relucir en aquella ocasión, pues el peso de la encomienda se repartió entre el equipo completo y lograron cautivaron al público, todos al mismo ritmo como si de un reloj humano se tratase.

Mors Stupebit, cantada por el ex futbolista:

"Fue una experiencia muy bonita en la que no me sentí descobijado porque éramos mexicanos, éramos una producción que íbamos juntos de hecho pasamos meses estudiando juntos y cuando llegamos allá yo me sentí pues sí un poquito con el impacto pero no sentí tan fuerte el impacto", agradeció De la Torre.

El reto fue superado gracias al carácter del tenor y el respaldo de sus compatriotas en el escenario. Luego de eso pasaron dos años para su siguiente prueba internacional de la mano del compositor y director Juan Trigos.

"Se dio de una manera repentina porque me invitaron a cantar dos óperas contemporáneas y hacer el estreno de esas óperas en Italia, de dos compositores mexicanos muy famosos: del maestro Juan Trigos y Ricardo Zohn. Una ópera de cada uno de ellos, en un festival internacional en Italia, en Cagliari", rememoró.

Lunge da Lei, desde el pecho del entrevistado:

Con esos reconocimientos en el bolsillo, Óscar de la Torre se sintió confiado para hacerse camino en Europa, en lugar de regresar a su zona de confort en México, y prácticamente de improviso llegó a Múnich.

"Hablé con los directores y les dije 'por favor no me pongan el regreso a México, pónganmelo a Múnich' (...) No tenía ni reservación de hotel, no tenía ninguna idea de alguna agencia, no tenía idea de a dónde ir, pero simplemente dije 'yo me voy', y tomé mis maletas y así fue el inicio. Fue dar el primer paso", relata satisfecho de haber cumplido sus metas.

El espíritu aventurero del tenor, envalentonado por una voz super dotada, le bastó para independizarse no sólo de casa de su familia, sino de la nación en la que había vivido hasta entonces.

"Ahí sentí que ya no estaba mi mamá, no estaba mi papá, ni la familia, y es ahí cuando inclusive te tienes que lavar tu propia ropa, tienes que cocinarte, tienes que hacer todo y sin hablar el alemán", relata el mexicano.

No cualquiera habría tenido el valor para llegar a un lugar desconocido sin contactos ni un lugar para dormir, pero Óscar es un caso aparte, porque sabe perfecto que quien no arriesga no gana.

"Yo platico, con mucho respeto, que llegué como la India María, porque llegué con mis dos maletas sin saber para dónde ir. De esa manera simpática como lo era ese personaje pues prácticamente así estaba yo cruzando Marienplatz (en Múnich) buscando dónde hospedarme", confesó risueño.

Fac me vere, cantada por Óscar de la Torre:


"Me vine primeramente a tocar puertas y se dieron unas oportunidades increíbles. Porque en menos de una semana ya tenía yo agencia, ya había debutado en Stuttgart en la sala de conciertos, y ya tenía cuatro años de contrato en Suiza y otro por siete años con un instituto de cultura aquí en Alemania. Y fue así que me pude quedar, pero en menos de una semana sucedió todo esto" agradeció De la Torre.

Disciplina, la clave de su atrevimiento

Cuestionado por MILENIO sobre su estrategia para dominar el miedo escénico, el virtuoso cantante responde sinceramente y comparte algunas anécdotas que forjaron su carácter.

"Para vencer el miedo principalmente es la preparación, porque a veces tenemos el miedo por la inseguridad de que no sabemos cómo va a salir la situación, hay veces que no estamos seguros en lo musical de una obra que no estudiamos bien", reflexionó.
"Cuando tú estás seguro de lo musical que vas a cantar, seguro de los movimientos y estás también seguro con tu voz por supuesto que eso te va a ayudar a pasar el miedo. Aunque los cantantes siempre tenemos cierto nervio, pero es como los toreros que necesitan el nervio también, porque con ese nervio salen con la adrenalina que es lo que te avienta y te impulsa a estar adelante, sin dar un paso atrás", compartió. 

No obstante, el entrenamiento técnico por sí solo no es suficiente para encantar a las audiencias. En palabras de Charles Bukowsky, "el conocimiento, si no se sabe aplicar es peor que la ignorancia". La historia aquí contada en prueba de ello.

"Son muchos factores porque para esta carrera muy aparte de tener una voz muy linda, o tener una voz espectacular, o una presencia maravillosa también se necesita el temple, si tienes todas las características -una preparación impresionante: tocas piano, dominas idiomas, agudos y graves- pero si tienes pánico escénico todo se echó a la borda, todo", advirtió el experto. 

De la Torre canta Libiam-Brindisi:

En resumen, la práctica debe ir acompañada por la autoestima. Sin embargo, la fórmula del éxito requiere también honestidad para reconocer las habilidades, pero también las torpezas.

"Tener muy claro tus fortalezas y también reconocer las partes débiles que uno tiene. Pero sobre todo sacarle provecho a lo que tú sabes que es tu fuerte (...) Entonces a veces uno se enfrenta a la presión y tiene que sobrepasarla. Es muy importante que las nuevas generaciones los cantantes tengan muy claro cuáles son sus fortalezas en cuanto a repertorio", aconsejó.

Como diría Sócrates, conócete a ti mismo. Para esto sirve grabarse, o pedir retroalimentación con público en vivo. Además encontrar el estilo que mejor te acomoda implica atreverse a probar cosas nuevas.

"Es así que uno tenga claro lo que es para ti. Como un traje que te pones y dices 'este me queda bien'. No te vas a poner en una fiesta un traje, o las chicas un vestido, que no se te ve bien. Entonces con ese ejemplo es igual para la voz en decir 'esto me queda bien, y aquí mi voz suena y el brillo de mi voz está perfecto para atravesar la orquesta o el coro'", abundó.
"En mi caso, por ejemplo, desde México yo comencé cantando óperas contemporáneas (...) No es fácil que los cantantes podamos cantar música contemporánea y aparte oratorio, en este caso a mí se me facilitaba agarrar una partitura nueva y memorizarla", además "yo sabía desde México que a mí Carmina Burana me quedaba muy bien. Y se ha convertido en mi caballito de batalla que aquí he tenido la oportunidad de cantarlo en muchas partes del mundo", subrayó.

La sabiduría de Óscar de la Torre viene de sus incontables anécdotas, pues se define a sí mismo como "aventado desde siempre". Y su vasto repertorio de interpretaciones lo avala, incluso en algunas presentaciones improvisadas.

"Me invitaron a cantar una ópera de Mozart: el rapto en el serrallo, Die Entführung aus dem Serail, a cantar el papel de Belmonte, pero me lo invitaron a cantarlo al día siguiente porque el tenor se había enfermado", compartió a MILENIO

Ah! Ces cris d'allégresse, en voz de Óscar de la Torre:

"Yo ya lo había cantado en Alemania pero había que aprenderse una área que nunca se canta, entonces iba yo en el tren repasando los textos que ellos me habían enviado. Y al día siguiente, sin ensayo con orquesta, sin ensayo con colegas ni maquillaje ni vestuario tuve mi función. Si yo no hubiese tenido la experiencia que ya había tenido en México cantando en diferentes funciones pienso que no lo hubiera podido lograr", rememora con alegría.

Más allá de lo clásico, también le entra al rock

Fuera del mundo de las Bellas Artes, la música clásica y la academia, Óscar de la Torre sabe disfrutar de la música popular.

"Me gusta mucho el rock, me gustan mucho los Rolling Stones, Queen, y pues más para acá me gusta muchísimo Whitney Houston, Mariah Carey, o sea realmente disfruto de una voz bonita o disfruto de un ritmo cool, un ritmo padre que también me jala y digo 'está padre esta rola'", cuenta el músico. 

A propósito de su gusto musical, la playlist del tenor está compuesta, entre otros artistas, por Billy JoelElton John, George Michael y Robbie Williams.

Incluso, reveló que le "ofrecieron varias veces ser cantante pop  y grabar discos. Algunos productores de Televisa hace algunos años y yo rechacé las ofertas porque  mi sueño era ser cantante de ópera y de concierto". 

Fiel a su estilo, Óscar de la Torre planea seguir con su vasta carrera y prevé presentarse pronto en la tierra que lo vio nacer. Por fortuna, se dijo abierto a otra charla con MILENIO, en la que contará sus experiencias más recientes, y desempolvará otras que en la presente entrega quedaron en el tintero.

"Me encanta cantar ópera, estar en el escenario, y también me gusta mucho hacer conciertos", concluyó el artista.

SNGZ 



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