Al menos 29 personas murieron y más de dos docenas resultaron heridas el miércoles en explosiones en dos oficinas políticas en el suroeste de Pakistán, según las autoridades, el día antes de que se celebraran elecciones parlamentarias.
El primer ataque golpeó la oficina electoral de Asfandyar Khan, un candidato independiente en Pashin, un distrito de la provincia de Baluchistán, dijo Jan Achakzai, vocero del gobierno provincial. Al menos 17 personas murieron y los heridos eran trasladados a un hospital cercano, según las autoridades. La policía dijo que algunos estaban estado crítico.
Más tarde el miércoles, otra bomba en la oficina electoral del partido Jamiat Ulema Islam del político Fazlur Rehman, en Quilla Saifullah, Baluchistán, mató al menos a 12 personas, indicaron Achakzai y autoridades locales.
El JUI es uno de los principales partidos islamistas radicales, conocido por respaldar al Talibán afgano. Tiene escuelas religiosas en todo el país, especialmente en el noroeste y en Baluchistán en la frontera con Afganistán. Muchos de los líderes del Talibán afgano estudiaron en seminarios islámicos gestionados por el JUI, aunque en los últimos años Rehman y los líderes del partido han sido atacados por el grupo extremista Estado islámico y otros milicianos. Rehman y decenas de candidatos de su partido se presentan a las elecciones en varios lugares del país.
Nadie reclamó de inmediato los atentados, ocurrido el día antes de las elecciones parlamentarias en Pakistán.
El primer ministro en funciones, Anwaarul-Haq-Kakar, condenó los ataques en Baluchistán y transmitió sus condolencias a las familias de los fallecidos. Prometió que “cualquier intento de sabotear la situación de ley y orden será frustrado”.
Kakar dijo que el gobierno estaba comprometido con celebrar las elecciones en un entorno pacífico.
Los atentados se produjeron pese al despliegue de decenas de miles de policías y fuerzas paramilitares en todo el país para garantizar la paz tras un repunte de ataques de milicias en el país, especialmente en Baluchistán.
El ilegalizado Ejército de Liberación de Baluchistán ha realizado varios ataques contra las fuerzas de seguridad, como un asalto el 30 de enero a varias instalaciones de seguridad en el que mató a seis personas.
En los últimos años, Pakistán ha tenido problemas para contener la creciente actividad de milicias. El Talibán paquistaní y otros milicianos operan en Baluchistán y han atacado objetivos civiles en los últimos años.
La provincia de Baluchistán, rica en gas, registra una insurgencia de baja intensidad de nacionalistas baluches desde hace más de dos décadas. En un principio reclamaban una parte de los recursos de la región pero después iniciaron una insurgencia independentista.
La violencia antes y en las jornadas electorales es frecuente en Pakistán. En uno de los peores ataques, la dos veces primera ministra del país Benazir Bhutto fue asesinada en un ataque con bomba y disparos en 2007, apenas unos minutos después de intervenir en un mitin electoral en la ciudad fortificada de Rawalpindi. Su hijo, Bilawal Bhutto-Zardari, lideró la campaña del Partido Popular de Pakistán de su madre hasta el martes por la noche entre fuertes medidas de seguridad.
JCM