El Congreso de España votó a favor de que el presidente Pedro Sánchez, continúe en el cargo tras la segunda votación de la sesión de investidura.
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtuvo 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, contrario a la primera votación, realizada el domingo en la que no obtuvo los apoyos suficientes.
Sánchez contó con el respaldo del PSOE, Unidas Podemos (extrema izquierda), Más País, Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias, Bloque Nacionalista Gallega y Partido Nacionalista Vasco, así como con la abstención de Esquerra Republicana de Cataluña, fundamental para ser investido.
Los que votaron en contra fueron Vox (extrema derecha), Ciudadanos (centroderecha), Navarra Suma, el conservador Partido Popular, Foro, Juntos por Cataluña, Coalición Canaria, Candidatura de Unidad Popular y Partido Regionalista de Cantabria.
Ésta es la primera vez que Sánchez gana un debate de investidura, pese a ser la tercera en que se presenta como candidato. La última fue el 25 de julio de 2019, cuando sólo obtuvo los votos favorables del Grupo Socialista y del Partido Regionalista de Cantabria, que ahora le ha negado su voto por pactar con los independentistas catalanes.
Esta sesión de investidura ha sido exprés, tomando en cuenta los días de fiesta que concluyeron ayer por las vacaciones decembrinas, entre otras cosas.
Como consecuencia de la investidura, Pedro Sánchez pone así fin al gobierno en funciones que vivió España durante más de 500 días, algo que jamás había ocurrido en el país, como consecuencia del bloqueo político.
Ahora, Sánchez jurará el cargo ante el Rey Felipe VI, en el Palacio de la Zarzuela, y designará a sus ministros, entre ellos el polémico nombramiento del que será su vicepresidente, es decir, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, su principal socio de gobierno.
Esta tarde en el Congreso, la derecha reiteró a Sánchez que la legislatura será una auténtica pesadilla, ya que se movilizará en el parlamento y en las calles para acabar con dicho gobierno al que acusan de “romper” España, según ellos, debido a que cuenta con el respaldo de Podemos y sobre todo de los independentistas catalanes, que para otorgar su apoyo a Sánchez le exigieron una mesa de diálogo para intentar resolver el conflicto que se vive en Cataluña.
Esta sesión de investidura concluye también con un hartazgo de los españoles con toda la clase política del país, en unos momentos en que las previsiones económicas para España no son las más favorables.