El presidente de España, Pedro Sánchez, reformará este verano su gabinete, un cambio que en este país se le llama crisis de gobierno. La intención es también suprimir algunas de las 22 carteras que ahora mismo conforman su Ejecutivo, según reportan medios locales.
El líder socialista quiere impulsar el gobierno de coalición (su socio es Unidas Podemos) después de pasar lo peor de la pandemia y así hacer frente a la remontada que está protagonizando en las encuestas el conservador Partido Popular (PP).
Estos cambios llegarían tras los indultos a los presos independentistas (que en 2017 intervinieron para proclamar la independencia ilegal de Cataluña). Los meses que se barajan son junio o julio.
Se trataría de comenzar una nueva etapa casi de cero, con España superando lo peor de la pandemia y ya conseguida la inmunidad de rebaño, con el 70 por ciento de la población vacunada, y pasada la ruptura con el entorno de Cataluña.
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Sánchez quiere afrontar los dos años que quedan por delante de la legislatura centrándose en buenas noticias económicas, gestionando los fondos económicos europeos que pronto llegarán a las arcas del gobierno, cumpliendo en lo que se pueda con el acuerdo de coalición con Unidas Podemos y mejorando la imagen pública ante los ciudadanos.
La decisión de renovar el Ejecutivo está tomada y la casa presidencial de La Moncloa se la habría comunicado también a sus socios. Ahora bien, el presidente esperará para acometer esta primera gran crisis del gobierno de coalición a que pasen las primarias del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) andaluz, que tendrán lugar el 13 de junio y, sobre todo, a que hayan sido concedidos los indultos a los presos del proceso independentista.
La medida de gracia para los líderes independentistas encarcelados se tomará este verano en un Consejo de Ministros, y se baraja incluso que sea a finales de este mismo mes de junio.
Con el cambio Sánchez trata de lanzar dos mensajes: uno, el de pasar la polémica página del perdón a los independentistas, medida que según las encuestas rechaza una mayoría de españoles, incluidos los votantes socialistas.
Incluso el propio Sánchez ha reconocido que tendrá un coste político que piensan asumir.
Pero el presidente también pretende mostrar que su intención es tener un gabinete fuerte para agotar la legislatura hasta finales de 2023, el año en el que España tendrá la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE).
Lo más sorprendente es que ante los primeros rumores de una crisis de gobierno inminente, es decir, cambios en el gabinete, la secretaría de Estado del Gobierno de España emitió un comunicado oficial en el que se asegura que Sánchez “está centrado en la salida de la pandemia, en la superación de la crisis económica y en la agenda del reencuentro con Cataluña”.
mjsg