El presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio, firmó hoy la ley que oficializa la abolición de la pena de muerte en este país de África occidental, tras su aprobación por votación parlamentaria unánime el pasado 23 de julio.
"No ejecutaremos más a nuestros conciudadanos por motivos políticos, por disuasión de delitos o por crímenes. Creemos que este acto es injusto, desproporcionado e inmoral. Embrutece nuestros valores, nuestras leyes y nuestra conciencia como nación", agregó el presidente, al señalar que "toda persona tiene derecho a la vida".
Bio agradeció la "campaña incansable para este día" y la "persistencia" de periodistas, activistas, sociedad civil y grupos de derechos humanos para eliminar la ley sobre la pena de muerte, así como el impulso y apoyo de los socios internacionales.
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La abolición de la pena de muerte en Sierra Leona era una reclamación reiterada de grupos defensores de los derechos humanos como Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch (HRW), que la criticaban por ser contraria a los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Aunque no se realizaban ejecuciones desde 1998, sí que se seguían dictando penas capitales en el país africano. Según datos del Ministerio de Información y Comunicación de Sierra Leona, 94 personas estaban condenadas a muerte en el país a finales de 2020.
De acuerdo a datos de AI, solo en 2020 se emitieron 39 condenas de muerte y en el año precedente se habían dictado 21.
El máximo castigo aplicable a partir de ahora para los delitos más graves, como asesinatos o traición, será la prisión de por vida.
Con esta medida, Sierra Leona sigue la senda de otros países africanos, como Chad o Malaui, que en los últimos tiempos se sumaron a la abolición de la pena de muerte.
IM