Los trabajadores de la salud pública en Grecia que no hayan recibido la vacuna contra covid-19 hasta el 31 de marzo, serán suspendidos, según el anuncio del ministro de salud, Thanos Plevris, difundido a través de medios de comunicación privados.
En septiembre pasado, el gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis, que ha impuesto la vacuna obligatoria no solo para los sanitarios sino también para todos los mayores de 60 años, suspendió de empleo y sueldo a unos seis mil 500 profesionales que optaron por no vacunarse, en torno al seis por ciento del personal sanitario y el dos por ciento de los médicos del país.
De este total, mil 500 terminaron regresando a sus puestos con un certificado de haber pasado la enfermedad.
La decisión de despedir definitivamente a los sanitarios no vacunados (hayan o no pasado la enfermedad) llega en un periodo en el que se registra una media de cien decesos diarios en un país con 10.7 millones de habitantes, y con el sistema de salud bajo gran presión, con un número muy alto de personas intubadas, y elevados ingresos hospitalarios, a pesar del menor número de contagios.
Pese a esta alta presión, hoy mismo entró en vigor el levantamiento de una serie de medidas restrictivas: a partir de ahora la restauración ya no estará obligada a cerrar sus puertas a medianoche y la música vuelve a estar permitida en bares y discotecas.
Plevris justificó el viernes pasado esta decisión de relajar algo las medidas restrictivas con el descenso del número de contagios diarios y el "equilibrio" entre altas y bajas de pacientes en los hospitales.
Además, el 7 de febrero entrará en vigor la medida del gobierno según la cual el certificado de vacunación caduca transcurridos siete meses desde la segunda dosis si no se recibe la dosis de refuerzo.
LG