Ciudadanos de la región de Puno rindieron homenaje a los fallecidos durante las manifestaciones de la localidad cargando los ataúdes de las víctimas junto a flores, banderas peruanas y pancartas culpando al gobierno de Dina Boluarte.
“El derramamiento de sangre nunca se olvidará”, gritaban algunos mientras portaban banderas negras en una marcha en la región fronteriza con Bolivia y foco de las protestas más recientes.
Desde la destitución y detención del ex presidente Pedro Castillo y la toma de protesta de Dina Boluarte, ciudadanos han protestestado exigiendo la renuncia de la mandataria, la disolución del Congreso y el llamado a elecciones generales.
Desde entonces se ha registrado un total de 47 personas muertas durante manifestaciones. Se trata del peor brote de violencia en Perú en más de 20 años.
Casi la mitad de las muertes se realizaron en la ciudad de Juliaca el lunes, incluido un oficial de policía, tras la reanudación de las protestas al término de las fiestas decembrinas.
La última vez que se registró un número similar de muertes en protestas fue en 2009 donde murieron 33 peruanos después de que grupos indígenas de la región selvática del norte se enfrentaran con la policía durante el gobierno del ex presidente Alan García.
Intervención internacional
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se reunió con Boluarte, cuyo Gabinete sobrevivió a un voto de confianza del Congreso el martes, para evaluar la crisis.
“Estaremos verificando la situación de los derechos humanos, la idea es escuchar la más amplia gama posible de todas las voces”, dijo el representante de la CIDH, Edgar Stuardo Ralón.
El pasado martes, el Ministerio Público informó de una investigación preliminar contra la presidenta Boluarte y sus principales ministros por las muertes sucedidas durante las protestas.
La policía y las fuerzas armadas peruanas han sido acusadas por grupos de derechos humanos de usar armas de fuego mortales y lanzar botes de gas lacrimógeno desde helicópteros.
aag