Comunidad LGBT protesta frente al Congreso peruano tras 41 años de intentarlo

En medio de un congreso conservador, y abiertamente contra los derechos de la comunidad LGBT, los manifestantes pudieron ingresar sin ser reprimidos por la policía antimotines.

Durante décadas, la policía antimotines reprimía las manifestaciones de la comunidad LGBT en Perú (EFE)
Editorial Milenio
Lima /

Doscientos activistas por los derechos de la comunidad LGBT ingresaron por primera vez para reivindicar sus derechos a la plaza del parlamento peruano tras intentarlo sin éxito por varias décadas.

“En 1978 un grupo de travestis marchó por alrededor de esta plaza” pero no pudieron ingresar, dijo Jorge Apolaya, un representante de los activistas desde una tarima que se colocó en la plaza usada por décadas para recibir a las personalidades más importantes que visitan el legislativo.

Antes los manifestantes eran dispersados por la policía antimotines, pero este mes los activistas lograron el permiso del Ministerio del Interior tras una solicitud de una legisladora izquierdista.

Fue una actividad pequeña y singular en las afueras de un congreso unicameral dominado por una mayoría conservadora y abiertamente opuesta a la reivindicación de los derechos de la comunidad LGBT.

“Debe discutirse la ley de la identidad de género, el matrimonio igualitario, la ley contra los crímenes de odio”, dijo Apolaya enumerando los proyectos de ley que han sido archivados por la mayoría parlamentaria en los últimos años.
​“En el Perú queda mucho por trabajar, sobre todo porque la fuerza de choque conservadora se ha ido organizando para invisibilizarnos”, dijo luego otra activista de los derechos de los transexuales que se identificó con el nombre de Briza.

Durante el conflicto armado interno, que abarcó de 1980 al 2000, la comunidad LGBT fue perseguida en la Amazonía de Perú y varios de ellos asesinados.

De acuerdo con el informe anual del observatorio de derechos humanos, en 2017 y 2018 se registraron 22 asesinatos motivados por prejuicio o crímenes de odio contra la comunidad.

Perú es un país dirigido por una clase política conservadora. Pese a eso, dos parlamentarios han declarado ser abiertamente homosexuales desde 2014 y defienden al grupo minoritario.

​dmr

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