Miles de personas marchaban el martes en Perú reclamando paz y tranquilidad, en momentos en que las autoridades del país esperan una nueva ola de protestas, luego de una pausa en los mortales disturbios que dejaron 22 muertos y que coincidió con las fiestas navideñas.
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Cargando una larga bandera roja y blanca, y muchos con la camiseta de la selección de fútbol, los manifestantes desfilaron por algunas calles de Lima, días después de que el país sufriera uno de los episodios mas violentos de los últimos años tras la destitución del ex presidente Pedro Castillo.
Castillo, un ex maestro de izquierda que estuvo en el poder casi 17 meses, había intentado disolver ilegalmente el Congreso y reorganizar el Poder Judicial.
"Esto es un clamor del pueblo peruano, lo que queremos es paz. Son millones de peruanos y los vándalos son unos pocos, ellos no van a tomar nuestro país a través de la violencia, por eso estamos aquí", dijo Mónica Sánchez, una de las manifestantes.
Otras marchas se registraban en las ciudades de Arequipa en el sur y en La libertad en el norte, según la televisión local.
La manifestación denominada "Gran Marcha por la Paz" fue organizada por grupos conservadores. El evento había sido convocado también por la policía, pero la institución retiró su apoyo en medio de críticas de una supuesta injerencia en marchas políticas que han polarizado al país.
El martes, la policía detuvo a una mujer en Lima que minutos antes había arrojado pintura roja a los agentes de seguridad en protesta por las recientes decenas de muertes.
Tras la expulsión de Castillo el 7 de diciembre, su vicepresidenta Dina Boluarte asumió el poder y anunció un gobierno de transición hasta que se realicen unas elecciones anticipadas, previstas inicialmente para abril del 2024.
Castillo, de 52 años, cumple una prisión preventiva por 18 meses mientras es investigado por la fiscalía por presunta rebelión y conspiración contra el Estado.
En un evento más temprano, Boluarte dijo que para promover la paz social ha iniciado una ronda de diálogos "sin excepciones" en zonas de mayor conflictividad y reclamó celeridad en las investigaciones por las muertes en las protestas.
"No podemos enterarnos de los reclamos solo cuando estalla un conflicto", dijo en un discurso. "Queremos una justicia rápida para los familiares de nuestros compatriotas que fallecieron durante los actos de protestas, ello evitará la inmunidad y contribuirá a la paz social", refirió.
Representantes de grupos civiles y de sindicatos de diez regiones del sur del país, históricamente votantes de izquierda, han anunciado el reinicio de protestas el miércoles reclamando la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso, una Asamblea Constituyente y la liberación del ex mandatario Castillo.
Entre las regiones que planean huelgas y bloqueos de forma indefinida se encuentran las mineras de Arequipa, Cusco y Apurimac, donde se asientan importantes productoras de cobre. Perú es el segundo mayor productor mundial del metal rojo.
La empresa Ferrocarril Transandino anunció la suspensión desde el miércoles de sus servicios en Cusco, entre ellos la ruta que llega a la ciudadela inca Machu Picchu, la más visitada por los turistas nacionales y extranjeros, ante el esperado "reinicio indefinido de las manifestaciones".
Para evitar los disturbios, la presidenta Boluarte envió a sus ministros en los últimos días a algunas regiones del sur del país en busca de dialogar con los líderes de los manifestantes, pero muchos de ellos rechazaron reunirse con los funcionarios.
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A mediados de diciembre, el gobierno de Boluarte decretó el estado de emergencia en el país, una medida en donde las Fuerzas Armadas deben ayudar a la policía a mantener el orden público.
DMN