La promesa del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, de trabajar en “la construcción económica socialista”, podría estar anticipando reformas inspiradas en el modelo chino, aunque el gobierno “nunca lo dirá explícitamente”, afirmaron analistas de Corea del Sur.
Esto porque en un discurso el sábado, Kim sorprendió con el anuncio del fin de los ensayos nucleares y de misiles intercontinentales, así como el cierre del sitio de ensayos atómicos, un gesto saludado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que debe reunirse antes de junio con Kim en una cumbre inédita y que el domingo aseguró que Corea del Norte accedió a “desnuclearizarse” y detener sus ensayos cuando Estados Unidos “no ha concedido nada” a cambio.
No obstante, Kim no se comprometió a abandonar sus armas nucleares, vistas por su gobierno como un escudo contra un eventual intento de los países occidentales de derrocarlo.
“No concedimos nada y ellos acordaron desnuclearizarse (muy bueno para el Mundo), cierre de sitios y no más ensayos!” escribió Trump en Twitter tras conocer el anuncio.
“Estamos lejos de una conclusión con Corea del Norte, tal vez las cosas funcionen, tal vez no -sólo el tiempo lo dirá... Pero el trabajo que estoy haciendo ahora debió haber sido hecho hace ya mucho tiempo!”, añadió el magnate republicano que ha dicho que su encuentro con Kim “será a inicios de junio o antes”.
En su edición de ayer, el diario francés Le Monde destaca que Corea del Norte parece avanzar hacia la apertura económica, y que las cosas parecen haber mejorado desde la llegada del vástago Kim Jong-un al poder, a fines de 2011, cuando hoy el país asiático, alguna vez más próspero que su vecino del sur, muestra mayor tolerancia hacia la iniciativa privada y la proliferación de pequeños empresarios que generan comercio de productos alimenticios y de bienes llegados desde China.
Según el Banco Central surcoreano, la economía del Norte mostró en 2016 su expansión más fuerte; de ahí la intención del Pionyang de aplicar “un programa económico de estilo chino” para alentar la expansión, siempre y cuando no se intensifiquen las sanciones internacionales de EU y Europa. Añade Le Monde que el líder norcoreano no tiene más que poner los ojos en China y Vietnam “si quiere ejemplos de partidos comunistas que han abrazado el capitalismo”, sin hipotecar al partido único.
Según la prensa de Corea del Sur, responsables de fábricas norcoreanos son libres hoy, a diferencia del pasado, de intercambiar productos a precios negociados con proveedores y clientes, luego de cumplir con su cuita al Estado. Lo mismo ocurre con las empresas estatales, al no tener el joven Kim Jong-un ningún lazo ideológico con el modelo socialista, al contrario de su padre Kim Jong-il (1941-2011) y su abuelo Kim Il-sun (1912-1994), fundador en 1948 de la República Populary Democrática y su “idea juche” como vía “proletaria” al socialismo.
Destaca Le Monde que, de cara al encuentro con Trump para discutir la desnuclearización de la península coreaba, Kim hizo “un nuevo gesto espectacular el sábado”, al anunciar la suspensión de sus ensayos nucleares en una resolución dedicada, como dijo Kim, “a la victoria de la línea que persigue simultáneamente el desarrollo económico y la construcción de una fuerza nuclear”; destacando su intención de “desmantelar el sitio de ensayos nucleares en el norte del país, para demostrar en forma transparente la suspensión de las pruebas nucleares”.
Tanto EU, como Surcorea y China saludaron el anuncio -es “una muy buena noticia para el mundo- Gran progreso! Impaciente de encontrarnos en nuestra cumbre”, escribió Trump; no así Japón, que ha expresado sus reservas.
En Tokio, el ministro de Defensa nipón Itsunori Onodera lamentó que Norcorea no haya mencionado “el abandono de misiles balísticos de corto y mediano alcance”, estando Japón a solo mil kilómetros de distancia de su vecino.