En España, algunos usuarios de redes sociales y pobladores instan a consumir plátanos de La Palma, claves en la economía de la isla española, a pesar de tener manchas causadas por las cenizas del volcán Cumbre Vieja, en erupción desde septiembre.
Expertos explicaron que los daños sufridos por la fruta tienen forma de arañazo y explican que la ceniza sí puede afectar la piel del plátano, responsable del 50% del Producto Interior Bruto (PIB) de La Palma, pero se producen en forma de arañazos al manipular el fruto con ceniza y no de manchas, que son un reflejo del estado de maduración del plátano.
"Es peor que un bicho, peor que una plaga, porque esto araña los plátanos”, indicó Pedro Antonio Sánchez, de 60 años, propietario de una pequeña plantación, refiriéndose a la gravilla que llueve del cielo desde el inicio de la erupción.
Adam Martín, periodista experto en nutrición y alimentación, explicó que las pintas en la piel son "provocadas por una enzima llamada tirosinasa" e indican de manera natural "el punto de maduración del fruto".
"Las membranas de las células de la piel se rompen y sale una enzima llamada polifenol oxidasa, que produce ese color oscuro", añadió Martín.
Riesgos para el sector
La Palma es la segunda isla del archipiélago de las Canarias en términos de producción de plátanos, por detrás de Tenerife. De las 70 mil hectáreas de su territorio, el 10 por ciento está dedicado a uso agrícola, principalmente al cultivo del plátano (43%).
La producción de esta fruta, que en 2020 fue de 148 mil 600 toneladas solo en La Palma, según datos de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN), se ve ahora amenazada por los efectos de la colada de lava y la emisión de cenizas.
"La producción (de plátano) sepultada bajo la lava no es tanta como la que se puede llegar a perder por el resto de condiciones, como el difícil acceso a las fincas, los arañazos de la ceniza en la piel a la hora de manipular los racimos o la rotura de canales de riego", detalló Esther Domínguez, responsable del departamento técnico de ASPROCAN.
"Físicamente se parecen a la arena, con aristas afiladas que se pueden depositar sobre los plátanos cuando estas ya están frías", añadió Esther.
Durante la manipulación del fruto o su transporte, estos restos de ceniza pueden provocar rozaduras e impedir la venta del fruto, por lo que no podrán llegar a los supermercados con grandes defectos provocados por las cenizas.
"Las normativas de calidad europeas impiden comercializar los plátanos con rasgadas superiores a los cuatro centímetros cuadrados en cada uno, aunque por dentro estén perfectos y se puedan consumir sin riesgo alguno", remarcó Domínguez.
Falta de agua
A las pérdidas provocadas por la ceniza se suma la penuria de agua, un bien muy demandado por la platanera y que suele escasear en La Palma. En la zona más afectada por la erupción, en el suroeste de la isla, la lava destrozó una cañería que abastecía en agua a varias propiedades.
“El plátano es una planta agradecida, pero necesita mucha agua.” Y en estos momentos, "la falta de agua es la amenaza más importante" indicó Antonio Sanchez, dueño de una plantación.
No obstante, Domínguez, de ASPROCAN, aseguró que aún es "pronto" para poder hacer una evaluación de los efectos del volcán en el sector.
La isla no tiene ríos o grandes lagos, se abastece sobre todo de lluvia y acuíferos, y sufre tradicionalmente problemas de escasez.
El martes por la noche llegaron a la isla dos desalinizadoras de agua y se espera que la semana que viene llegue un buque cisterna.
"No tenemos ahora mismo otra forma de poner agua ahí, en tan poco tiempo", explicó en Radio Nacional de España (RNE) Víctor Navarro, director general de Aguas de la comunidad autónoma.
Cuidados del fruto
Para eliminar los restos de ceniza antes de su distribución, las "piñas", como se llama a los racimos de plátanos, se dividen en "manillas", formadas por cuatro o cinco ejemplares, y se dejan en bañeras con agua.
Los plátanos se tienen que limpiar con agua a baja presión para evitar dañar la cáscara, o usar sopladores, unos artilugios "muy demandados" en la isla para salvar las cosechas afectadas, contó la responsable técnica de ASPROCAN.
Como medida de prevención, sobre las piñas de plátanos se han empezado a colocar protectores para evitar depósitos de ceniza.
Además, Enrique Rodríguez, de la cooperativa Covalle, que empaqueta plátanos para su distribución, explicó que "ha habido una merma" de las llegadas de ejemplares "del 50-60%" desde el inicio del fenómeno.
La caída de la producción se debe a las fincas que se ha llevado la lava, y porque a las otras les cuesta más producir por las restricciones de acceso a fincas próximas a la colada.
AS