La policía de Birmania fue registrada disparando balas de goma y gases lacrimógenos contra los manifestantes que protestaban hoy contra el golpe de Estado militar en varias ciudades del país, mientras que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha condenado el uso "desproporcionado" de la fuerza.
La ola de protestas llevan más de una semana luego de que los militares tomaran el poder civil luego de acusar un supuesto fraude electoral en las elecciones legislativas y posteriormente arrestar a la consejera del Estado, Aung San Suu Kyi, entre otros líderes.
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En Naipyidó, la capital, las fuerzas del orden dispararon "al aire como advertencia y luego usaron balas de goma contra los manifestantes", relató un habitante de la ciudad, mencionando heridos.
Mientras que en Mandalay, la segunda ciudad del país, la policía usó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud que protestaba contra el golpe perpetrado el 1 de febrero, informaron testigos.
Las fuerzas del orden "dispararon gases contra los manifestantes que ondeaban banderas de la Liga Nacional por la Democracia (LND), el partido de Aung San Suu Kyi, depuesta tras el golpe, dijo una habitante de la localidad, explicando que los vecinos habían socorrido a los manifestantes con agua después de que recibieran gases.
Miles de manifestantes salieron de nuevo a las calles de Birmania el martes, desafiando a militares, que el lunes prohibieron las reuniones de más de cinco personas.
ONU condena los ataques hacia los manifestantes
La ONU condenó esta jornada el uso "desproporcionado" de la fuerza en Birmania contra los manifestantes que rechazan el golpe de Estado y lamentó que muchos "resultaron heridos, algunos de gravedad" después de que la policía respondiera las armas.
"El uso de una fuerza desproporcionada contra los manifestantes es inaceptable. Muchos manifestantes resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad", en varias ciudades, declaró en un comunicado Ola Almgren, coordinador residente de la ONU en Birmania.
OMZI