El último rinoceronte negro macho murió al ser trasladado junto con otros diez ejemplares de la especie a una nueva reserva de vida silvestre, a la cual no se pudo adaptar; la única hembra sobreviviente fue atacada por leones.
Al ser traslados de Nairobi al parque nacional Tsavo East, los rinocerontes murieron por estrés intensificado por envenenamiento con sal, tuvieron dificultades al consumir el agua de la zona, a la que no estaban acostumbrados.
"Los animales estaban deshidratados, inquietos y tomar más agua solo empeoraba el problema", dijo Peter Gathumbi, profesor de patología veterinaria en la Universidad de Nairobi.
De acuerdo con el ministro de vida salvaje, Najib Balala, el director interino del servicio de vida silvestre de Kenia ha sido despedido y algunos funcionarios suspendidos.
"Lamentable, lamentable, lamentable", escribió la medioambientalista Paula Kahumbu en su Facebook, pues desde el principio no se cuestionó el traslado de los rinocerontes.
Los medioambientalistas de la zona se han esforzado para proteger a la especie, pues cazadores furtivos los matan para ofrecer sus cuernos en el mercado ilegal de Asia.
bgpa