Singapur, donde finalmente se verán la cara el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, no es un lugar típico para cumbres diplomáticas internacionales.
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Sin embargo, la ciudad-Estado del sudeste asiático y 5.6 millones de habitantes es continuamente sede de encuentros entre importantes actores políticos. Singapur, que traducido significa “ciudad de leones”, es uno de los países más ricos del mundo y también una de las ciudades con el costo de vida más elevado. Además, está considerado como un lugar extremadamente seguro.
En 2015, Singapur fue sede de una reunión histórica entre los líderes de Taiwán y China, la primera desde que la victoria en una guerra civil para los comunistas en 1949 confinó a sus enemigos nacionalistas a la isla.
Trump hizo el viaje más largo, pues Washington está a 15 mil 500 kilómetros en línea recta. Kim recorrió menos de cinco mil kilómetros.
No obstante, el viaje de Kim plantea desafíos logísticos como el uso del avión Il-62M, de la era soviética, para transportarlo junto a decenas de miembros de su seguridad. Su limusina debió ir en la aeronave de carga Ilyushin-76 que no puede volar más de tres mil kilómetros sin reponer combustible.
La cumbre entre Trump y Kim tendrá lugar en el Hotel Capella en la isla Sentosa, a las nueve de la mañana.
RSE