El depuesto primer ministro de Sudán, Abdallah Hamdok, y su esposa recibieron autorización para regresar a su casa el martes después de que fueron detenidos cuando militares tomaron el poder en un golpe de Estado, dijeron autoridades.
El primer ministro Abdallah Hamdok y su esposa fueron liberados tras la condena internacional al golpe de Estado y los exhortos para que las fuerzas militares dejen en libertad a todos los funcionarios detenidos cuando el general Abdel-Fattah Burhan asumió el lunes el control del país.
Burhan había dicho el martes temprano que Hamdok fue detenido por su propia seguridad y que sería puesto en libertad, pero advirtió que otros miembros del gobierno disuelto podrían enfrentar juicio. En tanto continuaban las protestas en las calles contra el derrocamiento del gobierno.
Hamdok y su esposa fueron devueltos a su casa en el sector pudiente de Kafouri, en Jartum, y la vivienda se encontraba bajo “fuertes medidas de seguridad”, dijo un funcionario militar que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones a la prensa. El funcionario no precisó si la pareja podía salir y hacer llamadas. Un funcionario en la oficina de Hamdok y el activista prodemocracia Nazim Siraj confirmaron el regreso del primer ministro a su vivienda.
El ejército tomó el poder el lunes en una acción que fue condenada ampliamente por la comunidad internacional. El martes, manifestantes prodemocracia bloquearon algunas calles en la capital, Jartum, con barricadas improvisadas y llantas en llamas. Los efectivos dispararon contra multitudes el día anterior y dieron muerte a cuatro manifestantes, de acuerdo con médicos.
En su segunda presentación pública desde que tomó el poder, Burhan señaló el martes que las fuerzas militares se vieron obligadas a intervenir para resolver una creciente crisis política.
“Había personas hablando de discriminar a otros, y eso estaba llevando al país hacia una guerra civil que podría derivar en su fragmentación, destruir su unidad, su estructura y sociedad. Estos peligros estaban frente a nosotros", declaró Burhan en una conferencia de prensa televisada.
El golpe de Estado ocurrió menos de un mes antes de que Burhan fuera a entregar a un civil el liderazgo del Consejo Soberano que gobierna el país, acción que habría disminuido la influencia que tienen los militares en el poder.
“Todo el país estaba paralizado por las rivalidades políticas”, aseveró Burhan. “La experiencia durante los dos últimos años ha demostrado que la participación de las fuerzas políticas en el periodo transicional tiene fallas y provoca conflictos”.
Hamdok había estado detenido en la casa de Burhan, señaló el general, y se encontraba bien de salud, pero de los muchos otros altos funcionarios detenidos el lunes, Burhan dijo que algunos habían tratado de incitar una rebelión al interior de las fuerzas armadas y que serán enjuiciados. Los que sean declarados “inocentes” serán dejados en libertad, agregó.
El golpe se produjo tras semanas de crecientes tensiones entre líderes civiles y militares sobre el rumbo y el ritmo de la transición de Sudán hacia la democracia. Y amenaza con descarrilar el proceso, que ha avanzado a ritmo irregular desde que el autócrata Omar al-bashir fue depuesto en un alzamiento popular hace dos años.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tenía previsto examinar el martes a puerta cerrada la situación en Sudán, una nación africana relacionada con la lengua y la cultura del mundo árabe. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, exhortó a las potencias mundiales a que actúen con decisión y señaló que es necesaria la unidad para confrontar una reciente “epidemia de golpes de Estado”.
JLMR