Decenas de heridos y centenas de extranjeros salieron este miércoles de Gaza hacia Egipto, en la primera evacuación desde el inicio de la ofensiva israelí, que bombardeó por segundo día consecutivo el mayor campo de refugiados en el territorio palestino.
Este segundo ataque en el campo de Jabaliya, en el norte de la Franja, dejó "decenas" de muertos, dijo el movimiento islamista Hamás, en el poder en Gaza desde 2007. El balance no pudo verificarse de inmediato.
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El secretario general de la ONU, António Guterres, se dijo "horrorizado" por el bombardeo contra este campo densamente poblado, hogar de 116 mil refugiados.
Jabaliya ya había sido bombardeado el martes, con el objetivo, cumplido, de "eliminar" a uno de los dirigentes de Hamás implicado en el ataque del 7 de octubre, informó el ejército israelí.
Esa primera operación dejó 47 muertos, entre los cuales figuran siete rehenes, tres de ellos extranjeros, de acuerdo con Hamás.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos afirmó que, "dado el alto número de víctimas civiles y el alcance de la destrucción", esos bombardeos podrían "constituir crímenes de guerra".
El servicio de prensa del movimiento islamista reportó en la noche del miércoles al jueves nuevos "ataques masivos israelíes" en el barrio de Tal al Hawa, al oeste de la ciudad de Gaza, pero no precisó el número de víctimas.
"Más de 20 mil heridos"
Pero por primera vez desde el inicio de la guerra el 7 de octubre con el mortífero ataque de Hamás contra Israel, el punto fronterizo de Rafah entre Gaza y Egipcio se abrió para permitir la evacuación de 76 heridos y 335 personas con pasaportes extranjeros.
Los heridos fueron los primeros en salir a bordo de ambulancias, antes de la evacuación de extranjeros y palestinos con doble nacionalidad.
El estrecho territorio de 2,4 millones de habitantes se encuentra asediado y bajo bombardeos constantes de Israel en represalia al ataque de Hamás, que dejó mil 400 muertos y llevó a la captura de 240 rehenes.
Por otro lado, los bombardeos israelíes mataron a casi 8 mil 800 personas, entre ellos 3 mil 648 niños, en este territorio donde la ONU y distintas oenegés denuncian una catastrófica situación humanitaria.
Las autoridades israelíes dijeron que 69 camiones con ayuda entraron el miércoles al territorio, después de los 59 llegados en la víspera. Pero la ONU asegura que hace falta mucho más.
La oenegé Médicos Sin Fronteras alertó que "más de 20 mil heridos siguen en Gaza, con un acceso limitado a tratamientos de salud debido al asedio y los bombardeos constantes".
"La atención no debe desviarse de las necesidades todavía más grandes" de miles de enfermos "cuya salud es demasiado precaria para ser evacuados", reclamó la Organización Mundial de la Salud.
El miércoles, el ministerio de Salud del gobierno de Hamás afirmó que 16 hospitales ya no estaban operativos de los 35 que tiene el enclave según la OMS.
Mohammed Abu Selmeya, director del hospital Al Shifa en Gaza, el más grande del territorio, lanzó un "último llamado" porque su generador principal estaba a punto de quedarse sin combustible.
"Si este generador se para, el próximo anuncio será la muerte de bebés en incubadoras, la muerte de enfermos con respiradores, en cuidados intensivos o en quirófanos", dijo.
Biden defiende una "pausa"
Con sus tropas internadas en Gaza desde el viernes, el ejército israelí dio parte este miércoles de 16 bajas en sus filas desde el martes.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, descartó esta semana cualquier tregua y prometió proseguir la guerra contra Hamás hasta "la victoria total", pese a las "dolorosas pérdidas" en los combates en Gaza.
Y el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, afirmó el miércoles que Hamás tiene la opción de "morir o rendirse sin condiciones".
Hamás aseguró por su lado que Gaza se convertirá en un "cementerio" para el ejército israelí.
Declaradamente contrario a un "alto el fuego" con Hamás, el presidente estadounidense, Joe Biden, se mostró el miércoles partidario de una "pausa" en la guerra para sacar a los rehenes tomados por Hamás de Gaza.
"Creo que necesitamos una pausa. Una pausa significa dar tiempo para sacar a los prisioneros", dijo Biden en un acto en respuesta a una mujer del público que le pidió respaldar "un alto el fuego".
Peligro de conflagración
La guerra empeoró además la situación en Cisjordania y más de 125 palestinos han muerto desde el 7 de octubre por disparos de soldados o de colonos israelíes, según la Autoridad Palestina que administra ese territorio ocupado.
También en la frontera con Líbano se multiplican los enfrentamientos entre los israelíes y el grupo Hezbolá.
Y los rebeldes hutíes de Yemen afirmaron el miércoles haber realizado un ataque con drones contra Israel, que se suma al lanzamiento de varios misiles contra el Estado hebreo.
Varios países alertan sobre el peligro de escalada regional. Catar, clave en las negociaciones sobre los rehenes, dijo que la intensificación de los bombardeos puede "socavar la mediación".
Turquía e Irán propusieron una conferencia regional para evitar una conflagración.
Jordania anunció que retira "inmediatamente" a su embajador en Israel, en protesta por la ofensiva militar en Gaza.
El martes, Bolivia rompió sus relaciones con Israel por motivos similares, una decisión que el Estado hebreo calificó como una "rendición ante el terrorismo".
Colombia y Chile llamaron a consultas a sus embajadores en Israel.
CHZ