El ex presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, reapareció y aseguró que se encuentra en su casa de Waterloo (Bélgica), a donde huyó ayer después de dar un discurso de poco más de cinco minutos, previo a la sesión de investidura del socialista Salvador Illa, y esfumarse entre cientos de personas y los Mossos d’ Esquadra, sin que nadie pudiera encontrarle.
A pesar de que miembros de los Mossos aseguraban que la probabilidad de que el ex presidente hubiera conseguido salir de España era muy baja, Puigdemont confirmó en la red social X que ya está de regreso en Bélgica, donde se refugió desde el 2017 tras declarar la independencia ilegal de Cataluña para no ser encarcelado.
Sobre Puigdemont pesa una orden de detención por la única causa que le queda abierta: un delito de malversación después de que el Tribunal Supremo archivara el “caso Tsunami”, al decretar que una de las prórrogas del juez Manuel García Castellón fue ilegal.
Esta causa sustentaba acusaciones de terrorismo contra una decena de personas, entre ellas Puigdemont o la dirigente de ERC Marta Rovira. El delito de terrorismo tampoco es amnistiable y por eso, al ser retirado, Rovira pudo volver a Cataluña.
“Estoy en Waterloo tras unos días extremadamente difíciles. Habrá que analizar la situación política y poner en perspectiva la razón profunda de la operación que hizo posible lo que ocurrió ayer. Y lo haré. Pero son miles de kilómetros en muy pocos días y muchas jornadas de una tensión difícil de explicar, y confío en que se entienda que me faltan todavía unas horas para reposar y coger aire”, escribió en las redes sociales.
En su texto, el ex presidente catalán no escatimó en críticas contra la cúpula de los Mossos y el consejero de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, por la operación “Jaula” del jueves y la rueda de prensa para explicar los motivos por los que no se pudo detener al también líder del partido Junts.
Al departamento encargado de la policía autonómica catalana lo calificó “inefable” y lamentó que esté llevando a cabo una “caza de brujas” contra las personas (tres de ellos Mossos) que le ayudaron burlar la orden de detención.
Respecto a su fuga tan solo apuntó que no se dejará detener ni se entregará “voluntariamente”, porque, en su opinión, es “inaceptable que se me esté persiguiendo por razones políticas y que, encima, no se esté aplicando la ley de Amnistía”. Y aprovechó esta referencia, también, para cargar contra la Consejería por, dejar escrito, el operativo para detenerle: “Ni comprensible, ni aceptable”.
Elogió a los Mossos al recordar su actuación en los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils de 2017, y escribió buenas palabras de Josep Lluís Trapero, mayor del cuerpo destituido tras el 155.
Finalmente, Carles Puigdemont señaló que “si el conseller Elena (Joan Ignasi, Consejero de Interior de Cataluña) y el departamento de Interior hubieran cumplido con la ley y me hubieran dado el escolta que me corresponde, habrían sabido en todo momento cuál era mi recorrido por Barcelona y por Cataluña. No hubiera sido necesaria la delirante operación de ayer”.
ROA