El gobierno del presidente Donald Trump se encontraba este jueves nuevamente envuelto en un escándalo político al conocerse que el secretario de Justicia y fiscal general ocultó que había mantenido contactos con un diplomático ruso durante la campaña electoral.
Durante las audiencias del Senado para discutir su nominación, Jeff Sessions fue consultado sobre eventuales contactos con funcionarios rusos, que él negó.
Sin embargo, surgieron evidencias de reuniones mantenidas en su despacho de senador el año pasado con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak en medio de la campaña electoral.
A continuación, un resumen de la interminable controversia que pende como una nube sobre la presidencia de Trump.
¿Cómo comenzó la historia?
En octubre del año pasado, agencias de inteligencia estadounidenses afirmaron que hackers rusos eran responsables del pirateo y divulgación de correos electrónicos de Hillary Clinton y del Comité Nacional Demócrata en plena campaña para las elecciones.
Tres meses más tarde, el 6 de enero, responsables de varios de esos órganos de inteligencia publicaron un informe parcial de lo ocurrido, donde afirmaban su "confianza" en que el presidente Vladimir Putin estaba personalmente involucrado en el pirateo de los correos, para afectar la campaña de Clinton, adversaria de Trump.
Desde entonces, el Departamento de Justicia, el FBI (la policía federal estadounidense) y las agencias de inteligencia mantienen abiertas investigaciones sobre la interferencia de Rusia en las elecciones.
En el Congreso estadounidense, tres comités del Senado y uno de la Cámara de Representantes también iniciaron investigaciones superpuestas sobre diversos aspectos de la controversia.
¿Cuál es el papel de Trump?
Las investigaciones que se realicen en el Congreso se concentran en los contactos entre el comité electoral de Trump y funcionarios rusos durante la campaña presidencial, para determinar si hubo complicidad con las tentativas rusas de influenciar la votación.
Varios auxiliares próximos de Trump mantienen negocios de larga data con Rusia o con políticos ucranianos respaldados por Moscú, incluyendo su ex jefe de campaña presidencial, Paul Manafort, quien renunció en agosto precisamente a causa de esas relaciones.
El periódico The New York Times reportó que Manafort y otros dos altos empleados del comité de campaña de Trump mantuvieron contactos con oficiales rusos de inteligencia antes de las elecciones, aunque la Casa Blanca niega esa posibilidad con vehemencia.
La primera baja
Fueron precisamente revelaciones sobre contactos entre el grupo de Trump y funcionarios rusos que provocaron la primera baja importante del nuevo gobierno.
El pasado 13 de febrero, el consejero presidencial de Seguridad Nacional, Michael Flynn, fue destituido sumariamente por Trump después de que surgieron evidencias de contactos con el embajador ruso.
De acuerdo a esas informaciones, el mismo día que el entonces presidente Barack Obama expulsó del país a 35 funcionarios rusos -por la convicción de los órganos de inteligencia sobre el pirateo de correos-, Flynn se puso en contacto con el embajador.
Sin embargo, Trump pidió a Flynn la renuncia alegando que su asesor no había transmitido al vicepresidente Mike Pence informaciones completas sobre ese contacto.
Las investigaciones abiertas en el Congreso buscan ahora descubrir si Flynn, en su conversación con el embajador Kislyak, discutió aspectos de las sanciones económicas que el gobierno de Obama preparaba contra Moscú por la supuesta injerencia durante las elecciones.
Este jueves, altos líderes del Partido Demócrata pidieron públicamente la renuncia de Sessions por no haber transmitido a los senadores que lo interrogaron informaciones completas sobre sus propios encuentros con Kislyak durante la campaña.
¿Investigación independiente?
Como secretario de Justicia, Sessions es responsable del FBI o cualquier otra investigación.
A la luz de las revelaciones sobre los encuentros de Sessions con Kislyak, políticos de los dos partidos estadounidenses ahora piden que como mínimo se aleje por completo de las investigaciones sobre la injerencia rusa en las elecciones.
Sessions aceptó este jueves que recusarse de participar de cualquier investigación sobre este tema.
"He decidido recusarme de cualquier investigación existente o futura sobre cualquier asunto relacionado de cualquier forma a las campañas para presidente de Estados Unidos", dijo Sessions en una conferencia de prensa, en la que admitió que se reunió en su despacho con el embajador Kislyak.
Trump denunció este jueves en la noche una "caza de brujas" contra su secretario de Justicia. "Jeff Sessions es un hombre honesto", escribió Trump en un comunicado, acusando a los demócratas de haber "perdido el sentido de la realidad".
Sin embargo, los legisladores demócratas temen que el partido Republicano, que tiene mayoría en las dos cámaras del Congreso, bloquee las investigaciones para proteger al presidente.
Por ello, piden una investigación conjunta de parte de los dos partidos o una independiente sobre la injerencia rusa en las elecciones.
Entre las opciones sobre la mesa están la elección de un poderoso fiscal especial, un comité especial del Congreso o una comisión formada por los dos partidos y encabezada por expertos sin lazos con el gobierno.
Tal investigación también podría enfocarse en las preguntas aún sin respuestas sobre los lazos empresariales de Trump en Rusia.
Por el momento, los legisladores republicanos se niegan a apoyar cualquier iniciativa más allá de las investigaciones en el Congreso, que tienen un alcance limitado.
jamj