Guillermo Lasso, un ex banquero que persiguió la presidencia de Ecuador por casi una década y que hoy es enjuiciado por presunta corrupción, disolvió el Congreso de su país y adelantó las elecciones generales en una maniobra llamada Muerte Cruzada.
Lasso, quien alguna vez fue considerado el llamado a sepultar a la izquierda de su país, terminó llevando a la derecha de Ecuador a una crisis política.
Sin respaldo en el Legislativo y al filo de la destitución en un juicio en el Congreso por presunta corrupción, el mandatario prefirió anticiparse y disolver el Congreso, cortando de raíz los planes de su mayor enemigo: el poderoso correísmo, las fuerzas afines al ex presidente socialista Rafael Correa, que eran mayoría en el hemiciclo.
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Con ello también puso fecha de caducidad a su gobierno, que seguirá a flote mientras Ecuador, en un plazo de tres meses, elige un nuevo mandatario.
El Congreso opositor "tiene como proyecto político la desestabilización del gobierno, de la democracia y del Estado", dijo Lasso, de 67 años, al ordenar su disolución, en un procedimiento conocido como muerte cruzada.
Conservador pero sobre todo anticorreísta, el ex banquero asumió el cargo para cuatro años en mayo de 2021, luego de dos derrotas en las urnas.
Y la tercera fue la vencida para el miembro del Opus Dei, que se ufana de haber logrado una masiva vacunación contra el covid-19 en un tiempo récord.
Lasso llegó al poder con un mensaje de cambio pero rápidamente cayó en desgracia: más de una decena de masacres carcelarias, el crecimiento de la inseguridad y el narcotráfico y violentas protestas sociales por el alto costo de vida le pusieron la soga al cuello.
Sin embargo, en junio del año pasado salió airoso de un primer intento por destituirlo de la Asamblea Nacional en medio de manifestaciones lideradas por indígenas, que dejaron seis muertos.
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Un pasado que incomoda
Señalado por organizaciones sociales de estar alejado de los problemas reales de los ecuatorianos, Lasso ha priorizado en su gobierno los acuerdos de libre comercio como el firmado con China recientemente.
Es "un gobierno que nunca se planteó la necesidad de construir un Estado que precautele derechos y servicios", comentó a la AFP Santiago Cahuasquí, politólogo de la Universidad SEK en Quito.
Casado con María de Lourdes Alcívar y padre de cinco hijos, Lasso ha visto su salud deteriorarse a lo largo de su mandato: cirugías por un quiste en la columna que le obligaba a usar bastón, cáncer de piel y una fractura en la pierna.
Si bien el jefe de Estado nunca llegó a completar sus estudios de Economía, es un experimentado empresario que se precia de haber trabajado desde los 15 años para financiar sus estudios en un colegio católico.
Entonces "anotaba en una pizarra las cotizaciones de las acciones" en la Bolsa de Valores de su natal Guayaquil (suroeste), ha relatado.
De una familia de clase media, es el último de 11 hermanos y adquirió fama como banquero, escalando hasta la presidencia del Banco de Guayaquil, uno de los más importantes de Ecuador.
Se separó de la banca en 2012, cuando fundó el movimiento Creando Oportunidades (CREO), que en su momento contó con el respaldo de la derecha tradicional.
Sus opositores también le reclaman por ese pasado de hombre de negocios. Hacia finales de la década de 1990 fue secretario de Estado (superministro) de Economía del ex presidente Jamil Mahuad (1998-2000), derrocado en medio de una crisis financiera nacional, que ocasionó que cientos de miles de ecuatorianos migraran hacia Estados Unidos, España e Italia, principalmente.
aag