Melania Trump será una primera dama indudablemente atípica, la segunda nacida fuera de los Estados Unidos y una de las pocas exmodelos, pero busca desempeñar el papel de la manera más tradicional posible.
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De 46 años e imponente belleza, Melania es la antítesis de su marido, "Donald", en cuanto a personalidad se refiere: es extraordinariamente discreta, siempre mantiene un tono sosegado y evita a toda costa verse involucrada en polémicas.
Melania durante la campaña
En la incendiaria campaña de Donald Trump, con quien se casó hace once años, se ha mantenido lo más alejada posible de los focos, cediéndole el protagonismo a Ivanka, hija del primer matrimonio del multimillonario y una de sus principales asesoras.
Solo ha dado un mitin y en la última semana de campaña, para pedir el voto de las mujeres en el estado decisivo de Pensilvania.
Midiendo al máximo sus palabras, todo lo contrario a lo que acostumbra a hacer su marido, Melania se ha presentado en las escasas entrevistas que ha concedido como una mujer devota de su familia y que mantendría un papel muy tradicional.
Una de las pocas veces que llamó la atención fue cuando pronunció un discurso en la convención republicana, en julio pasado. A pesar de haber cautivado a la audiencia, medios estadunidenses detectaron similitudes con un discurso pronunciado por la actual primera dama Michelle Obama en la convención demócrata de 2008.
Su marido acudió rápidamente a su rescate, pero nunca reconoció que hubiese habido plagio.
"Fue realmente un honor presentar a mi esposa, Melania. Su discurso y aplomo fue realmente increíble. Muy orgulloso", afirmó el multimillonario en un tuit.
Días después, en una cena benéfica, el propio Trump hizo una broma sobre el discurso de su esposa.
"Michelle Obama pronuncia un discurso y todo el mundo lo elogia. Es fantástico, piensan que es absolutamente impresionante. Mi esposa da exactamente el mismo discurso y la gente la critica. No entiendo", afirmó.
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Su "causa" -todas las primeras damas han tenido una-, serían "los más necesitados, sobre todo las mujeres y los niños", pero reservaría tiempo para dedicarse al único hijo del matrimonio, Barron, de diez años, y a apoyar a su esposo.
El escándalo más reciente se debió a su particular elección de prenda para acudir al segundo debate, en el que utilizó una blusa de tipo "pussy bow", días después de que un audio de su esposo se diera a conocer en el que denigraba a las mujeres.
Su origen
Para muchos es una paradoja que Trump, un candidato que ha escandalizado fuera y dentro del país con su retórica xenófoba y ultranacionalista, pueda llevar a la Casa Blanca a la única primera dama nacida fuera de EU desde la esposa del expresidente John Quincy Adams (1825-1829), que era británica.
Melania Knauss creció en un modesto apartamento de un pueblo cercano a Sevnica en Eslovenia, que entonces formaba parte de la República Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY), disuelta en 1992 con la Guerra de los Balcanes. Hija de una madre activa en los círculos de la moda y un padre vendedor de automóviles, estudió diseño y arquitectura antes de mudarse a Milán y luego París.
En 1996 se viajó a Nueva York y cinco años más tarde obtuvo la residencia permanente y en 2006 se naturalizó estadunidense.
Cuando se le ha preguntado qué opina de los comentarios de su marido sobre los inmigrantes, ha subrayado siempre la diferencia con quienes llegan a Estados Unidos de manera irregular: ella siguió "las reglas", respetó "la ley".
Cómo es estar casada con Donald Trump
Melania es extremadamente cuidadosa a la hora de hablar sobre su vida matrimonial con Trump, a quien conoció en una fiesta de la Semana de la Moda de Nueva York en 1998.
"Los dos somos muy independientes. Yo le dejo ser quién es y él me deja ser quien soy. No intento cambiarlo, es un adulto. Él conoce las consecuencias. Yo le doy mi opinión muchas, muchas veces", explicó en febrero en una entrevista con CNN, en la que confesó que no le gusta el tono duro que usa Trump.
El magnate se deshace en halagos hacia su esposa, a la que describe como una "madre impresionante, una mujer increíble".
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Cuando un grupo afín al senador Ted Cruz usó en un anuncio de campaña una foto de un posado desnudo de Melania en el año 2000 para la revista GQ, Trump salió en tromba contra su entonces rival de primarias y retuiteó un mensaje de un seguidor que comparaba una fotografía poco favorecedora de Heidi Cruz, con otra más agradecida de su esposa.
Del jet set a la Casa Blanca
Melania no sería la primera exmodelo en la Casa Blanca, porque Pat Nixon y Betty Ford también lo fueron, pero sí la primera en haber posado desnuda y la única tercera esposa de un presidente. Como a ella le gusta decir, nada es convencional cuando se trata de Donald Trump.
Su cuenta en Twitter, inactiva desde que Trump anunciara su candidatura, refleja el estilo de vida privilegiado de quienes integran la jet-set, trasladándose desde su lujoso apartamento en Nueva York a residencias en Florida en avión privado.
Cuando Donald y Melania se casaron en enero de 2005 en Florida, lució un vestido de Dior cuyo costo se estimó en 200 mil dólares e incluso apareció en la portada de Vogue.
MRF