Lucía Hiriart, esposa del ex dictador de Chile, Augusto Pinochet, murió hoy a los 99 años, un hecho que ha generado revuelo en la comunidad internacional ante la mujer que acompañó al líder de uno de los gobiernos autoritarios más violentos en la historia latinoamericana y quien además fue protagonista de escándalos financieros, así como de la influencia que tuvo en la política de su esposo, mientras éste se encontraba en el poder.
En sus últimos años, Lucía Hirart estuvo lejos del foco de la prensa, un hermetismo con mezcla de enclaustro que se profundizó más tras la muerte de Pinochet, en la misma fecha del cumpleaños de ella, el 10 de diciembre de 2006 en Santiago de Chile, un día en que además se conmemora la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en un año en el que la presidenta del país era Michelle Bachelet, quien fue torturada, siendo hija de un general detenido y muerto en dictadura.
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¿Quién era Lucía Hirart?
La esposa del ex dictador chileno nació en 1922 en la región de Antofagasta, al norte del país sudamericano, en una familia de elite de origen vasco-francés, con un padre que fue senador y ministro del Interior en 1944, mientras que su madre era hija de un abogado acaudalado.
Fue cuando ella tenía 16 años que conoció a Augusto Pinochet, quien en ese entonces era subteniente del Ejército de Chile. Un año después, el militar pidió matrimonio al padre de ella para casarse en 1943. Ambos tuvieron cinco hijos: Inés Lucía, Augusto Osvaldo, María Verónica, Marco Antonio y Jacqueline Marie.
Según la biografía no oficial Doña Lucía, libro de la periodista chilena Alejandra Matus, los primeros años de la pareja no fueron fáciles, la familia de ella no estaba contenta con su matrimonio con un militar de clase media, sumado a las infidelidades que habría cometido él mientras ambos vivieron en Quito, Ecuador.
“Ella no fue feliz con Pinochet sino hasta que llegó la dictadura y su esposo le pudo dar todo lo que ella siempre soñó”, menciona la periodista.
Lucía Hiriart y la dictadura de Pinochet
Augusto Pinochet lideró la junta militar que provocó el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 y con eso, tras la muerte del mandatario en el palacio de gobierno La Moneda, el hombre del ejército comandó el país hasta 1990, un tiempo donde se revela que Lucía Hiriart, la mujer que acompañó al entonces general, buscó satisfacer sus necesidades económicas y estatus social alentando a su esposo a prácticamente perpetuarse en el poder.
“Una noche, mi mujer (Lucía Hiriart) me llevó a la habitación donde dormían mis nietos y me dijo: “Ellos serán esclavos porque no has sido capaz de tomar una decisión’”, escribió Pinochet en su libro Camino recorrido: Memorias de un soldado.
Nombrada como primera dama en una dictadura que dejó más de 40 mil víctimas, entre torturados, muertos y desaparecidos, Lucía Hiriart se encargó de liderar la Fundación CEMA Chile, un centro de madres que estaba orientado a generar cursos de capacitación a mujeres de clase baja en el país, pero que posteriormente se transformó en un espacio de propaganda del mandato de su esposo y foco de desvío de gastos personales, según investigaciones.
A esta fundación se le otorgaron gratuitamente 153 inmuebles. En 2019, todos estos fueron entregados a la autoridad fiscal, aunque con la llegada de la democracia en 1990, por varios años, la institución rentó estos espacios a privados, sin que hasta ahora se sepa qué ocurrió con los dineros.
Una investigación de la Policía de Investigaciones de Chile vinculó además el giro de 50 mil dólares (más de un millón de pesos) a Lucía Hiriart para solventar los gastos “derivados de la detención de su cónyuge, Augusto Pinochet”, cuando éste se encontraba en Londres.
La expectación por Lucía Hirart
Lucía Hiriart pasó sus últimos años relegada en su casa, uno de sus últimos registros de hecho causó polémica debido a que, en plena pandemia del coronavirus, parte de su familia la fue a visitar para su cumpleaños.
En la foto aparece ella, algunos de sus hijos, nietos y otros familiares, una reunión que se suponía no se podía concretar debido a que la zona en la que supuestamente se realizó estaba bajo limitaciones de reunión por la pandemia.
Posiblemente éstas fueron las últimas reuniones masivas que tuvo la esposa del ex general chileno, quien con el tiempo tuvo cada vez menos adherentes, especialmente desde los sectores políticos de derecha, quienes muchos prefirieron no seguir defendiendo la dictadura de Pinochet, al menos en lo público.
Sin embargo, el estado de salud de Lucía Hiriart era seguido en Twitter, a través de la cuenta @SeMurioLaVieja, la que se describe como un “equipo informativo dedicado al seguimiento de la noticia que importa... ¿Se murió La Vieja?”. La persona a cargo comúnmente escribía “no”, eso hasta esta fecha.
OMZI