Las elecciones españolas del domingo serán un duelo entre dos partidos conservadores y dos izquierdistas que preparan posibles coaliciones. A continuación, un vistazo a los cuatro líderes de esos partidos.
Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, presidente del gobierno de 2018, aspira a la reelección con las votaciones recientes y la mayoría de las encuestas en su contra.
El líder del Partido Socialista (PSOE) ha guiado a España durante la pandemia del Covid-19 con un exitoso programa de vacunación y capeado una desaceleración económica impulsada por la inflación que se vio empeorada por la invasión rusa de Ucrania.
Pero su dependencia de partidos minoritarios, incluidas fuerzas separatistas catalanas y vascas, para mantener su gobierno de minoría en marcha y aprobar varias leyes progresistas podría costarle el puesto.
Sánchez, conocido por su aspecto apuesto y sus credenciales progresistas, que incluyen un gobierno con más mujeres que hombres y un sólido historial de política medioambiental, ha reforzado la posición de España en Bruselas. El líder socialista, de 51 años, también tiene un inglés fluido, una habilidad de la que carecían sus predecesores.
Pero las elecciones anticipadas después de que los socialistas y sus socios de ultraizquierda se llevaran un duro varapalo en los comicios locales y regionales de mayo podrían ser una apuesta de todo o nada.
Sánchez se ha embarcado en una ajetreada campaña de entrevistas en medios españoles y organizado mítines por toda España con la esperanza de dar la sorpresa una vez más y mantenerse en el cargo. Sus opciones dependerán de si moviliza a una izquierda desmoralizada.
Sánchez, exjugador de baloncesto y profesor de economía, tiene dos hijas con su esposa.
Alberto Núñez Feijóo
Favorito para llevar a su conservador Partido Popular a la victoria, Albert Núñez Feijóo ha ganado popularidad de forma meteórica desde que asumió el mando del partido en abril de 2022 tras una disputa interna que derrocó a su predecesor, Pablo Casado.
Feijóo, un exfuncionario que ganó cuatro elecciones regionales consecutivas en su Galicia natal -un feudo tradicional del PP-, se mostraba como candidato moderado en un principio.
Pero tras la convocatoria repentina de elecciones y ante los avances del partido de ultraderecha Vox, se ha movido considerablemente a la derecha y prometido revocar muchas de las leyes del gobierno de izquierdas. Se ha mostrado más agresivo en su campaña por derrocar a Sánchez.
Feijóo, de 62 años, ha sido acusado de eludir las preguntas sobre si formará una coalición con Vox, mentir sobre las decisiones pasadas del PP sobre las pensiones y tratar de restar importancia a sus lazos con un narcotraficante español con el que fue fotografiado tomando el sol en un yate hace unos años.
Con gafas y aspecto de director de banco, Feijóo es heredero del fallecido Manuel Fraga, otro político gallego que ocupó un papel relevante en el régimen dictatorial de Francisco Franco. Fraga fundó Alianza Popular, del que procede el actual PP.
Los expertos hablan que sus maneras afables, su sentido del humor y su habilidad organizativa. Otros dicen que se mostró irritable y con un cierto aire de superioridad al verse arrinconado por una de las periodistas más conocidas de la televisión española, Silvia Intxaurrondo.
Feijóo también ha sido director del servicio estatal de salud y del servicio postal nacional.
Él y su pareja tienen un hijo.
Santiago Abascal
A Santiago Abascal, el líder de 47 años del partido de ultraderecha Vox, le gusta mostrarse como un hombre ajeno a la política llegado con una misión para salvar el alma de España.
Durante años formó parte del Partido Popular, hasta que rompió con la formación conservadora por lo que describió como su “cobarde” gestión del movimiento independentista en Cataluña y en su País Vasco natal. Fue el intento fallido de secesión en Cataluña en 2017 lo que impulsó el auge de Vox. La formación, fundada en 2014, entró en el parlamento español en 2019 cuando la tensión aún era algo habitual en las calles de Barcelona y el resto de Cataluña.
Corpulento y con barba, Abascal siempre lleva traje cuando acude al Parlamento. Adopta los símbolos clásicos, incluso anticuados, de la cultura tradicional española.
Mientras el país se aleja poco a poco de las corridas de toros, él y su partido las defienden. Aunque la mayoría de los partidos celebran la transición democrática española tras la dictadura de Francisco Franco a finales de la década de 1970, Abascal defiende los valores nacionalistas del régimen. El resto de los partidos españoles presenta un frente unido contra la violencia de género, pero Vox quiere revocar las leyes de violencia de género y critica duramente al feminismo. Los críticos también le acusan de sembrar el miedo sobre la inmigración irregular.
Añadan algo de sentimiento euroescéptico y Vox se ve alineado con otros movimientos de ultraderecha que ganan fuerza en Europa.
Abascal está al borde de la que sería su mayor victoria: convertirse en vicepresidente de España y poner a varios de sus colegas ultraconservadores en puestos ministeriales. Para lograrlo, probablemente Vox tendría que ser el tercer partido más grande del Congreso de los Diputados y confiar en que el PP gane las elecciones pero no alcance una mayoría absoluta.
Abascal, que tiene un título de sociología, tiene cuatro hijos.
Yolanda Díaz
Yolanda Díaz, de 52 años, es la única mujer entre los cuatro principales candidatos. Es hija de sindicalistas y activistas contra la dictadura de Franco, nativa de la pequeña localidad gallega de Fene.
La candidata, que muestra un aspecto deslumbrante con sus ropas elegantes y su melena rubia teñida, ha sido ministra de Trabajo y en 2021 se convirtió en vicepresidenta en el gobierno de Pedro Sánchez.
Es abogada laboral por formación y conocida por su capacidad de mediar acuerdos como el acuerdo de paz que consiguió con sindicatos y patronal, así como por negociar incrementos en el salario mínimo y un programa especial de despidos temporales para las empresas durante la pandemia del coronavirus.
Los sondeos la muestran de forma continuada como uno de los políticos mejor valorados del país.
Con la premisa de que Unidas Podemos ha enojado a muchos en la izquierda, este año creó un amplio movimiento civil llamado Sumar que ha conseguir reunir a 15 partidos izquierdistas pequeños, incluido Podemos, bajo su paraguas.
Mostró que tiene una cara dura al negarse a incluir a su colega y amiga, la ministra de Igualdad Irene Montero y que vio su reputación muy dañada por una ley de consentimiento sexual que permitió de forma involuntaria que más de mil delincuentes sexuales redujeran sus penas y un centenar saliera libre antes de lo previsto.
Díaz aspira a quedar tercera el domingo para que Sumar pueda ayudar a los socialistas a formar otra coalición de izquierdas. Los sondeos sitúan a Sumar ligeramente por detrás del grupo de ultraderecha Vox.
Sumar propone más impuestos para los grandes negocios y los ricos, un pago financiado por el estado de 20.000 euros para todos los que cumplan 18 que ayude con sus estudios y medidas para ayudar a las personas de bajos ingresos a llegar a fin de mes.
Díaz y su esposo tienen una hija.