Miles de personas se congregaron hoy en el centro de Washington para rezar contra el racismo y la brutalidad policial, en una marcha religiosa que demostró la diversidad y amplitud del movimiento espoleado en Estados Unidos por el homicidio de George Floyd y otros afroamericanos.
Los manifestantes se citaron a las 6:00 de la mañana frente al Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericanas, en el centro de la ciudad, y marcharon hasta situarse frente a la Casa Blanca, en un tramo de calle recién bautizado como la plaza de "Black Lives Matter" ("Las vidas negras importan").
"Queríamos convocar algo que no solo estuviera impregnado de rabia, sino que integrara nuestra fe", dijo uno de los organizadores de la marcha, el reverendo Howard-John Wesley de la iglesia baptista Alfred Street de Alexandria (Virginia), al diario The Washington Post.
"Rezamos para que toques los corazones de esta nación. Oh, Dios, muéstrate fuerte, muéstrate en Mineápolis, en Atlanta, en Washington. Señor, quiero ver a mis hijos crecer", proclamó Wesley durante su sermón ante la multitud en la plaza de "Black Lives Matter".
Los asistentes, en su mayoría afroamericanos, llegaron bajo estrictas medidas de separación y con el uso obligatorio de mascarilla, unos requisitos de cuyo cumplimiento se aseguraban periódicamente los organizadores, conscientes de que el covid-19 ha golpeado especialmente a la población negra en Estados Unidos.
La sobria manifestación, titulada "Marcha para rezar por la paz y la justicia", se basó en la idea de que Dios "pide justicia, transforma los corazones y las vidas y restaura la paz", según la convocatoria difundida en las redes sociales.
"Como cristiano, creo que es nuestro deber ayudar a aquellos que están oprimidos", aseguró un joven afroamericano que asistió a la marcha, Robert Rivers, a la cadena televisiva local WUSA9.
La principal asociación por los derechos civiles de Estados Unidos, la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP), ayudó a la iglesia encabezada por Wesley a organizar la marcha, que llegó tres semanas después que comenzaran las protestas diarias en Washington por la violencia policial contra los afroamericanos.
La asistencia a las protestas ha disminuido en los últimos días en la capital, pero las manifestaciones siguen reuniendo a cientos de personas en ciudades de todo el país.
La atención se centró especialmente este fin de semana en Atlanta (Georgia), donde otro joven afroamericano, Rayshard Brooks, murió este viernes por los disparos de un agente policial blanco, que ha sido despedido en medio de una ola de indignación que ha precipitado la renuncia de la jefa de Policía de la ciudad.
jamj