Una vaca que murió recientemente en una granja holandesa ha dado positivo para el mal de la vaca loca, informó el gobierno el miércoles, en un caso inusual que puede causar una enfermedad cerebral fatal en las personas que consumen la carne contaminada.
La granja donde murió la vaca ha sido aislada, dijo el ministro de Agricultura, Piet Adema, en una carta a los legisladores. Añadió que el animal infectado “no entró en la cadena de alimentación ni constituye un riesgo para la seguridad alimentaria”.
La llamada formalmente encefalopatía espongiforme bovina (EEB) apareció inicialmente a fines de los años de 1980 en Gran Bretaña. Cientos de personas que comieron la carne contaminada contrajeron la variante humana llamada enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y muchas murieron. A lo largo de los años se sacrificó a 4,5 millones de cabezas de ganado para contener la transmisión.
El número de casos de EEB cayó drásticamente después de que se prohibieron alimentos que contenían carne y hueso molido de vacas infectadas.
El caso anterior detectado en Holanda fue en 2011.
Se están realizando exámenes para determinar qué variante de EEB padecía la vaca muerta. La llamada EEB clásica es provocada por alimento contaminado, mientras que la EEB atípica es una variante que ocurre de manera natural.
El gobierno no divulgó detalles sobre la granja afectada.
Las autoridades alimentarias están realizando una investigación para rastrear cualquier descendiente del animal muerto así como vacas que recibieron el mismo alimento o convivieron con él. Después de sacrificarlos se le harán exámenes de EEB y se los destruirá, dijo el ministerio.
Si se descubre que el animal muerto tuvo EEB clásica, se deberá investigar si otros consumieron el alimento contaminado.
“En tal caso, se deberá tomar medidas de control de riesgos a la seguridad alimentaria y la salud pública”, escribió Adama.
BCS