La ciudad de San Francisco, en Estados Unidos, prohibió a las agencias locales, entre ellas la Policía, el uso de técnicas de reconocimiento facial para labores de seguridad, cada vez más empleadas por las autoridades para identificar a criminales pero que criticadas por las organizaciones a favor de derechos civiles.
La ciudad californiana se convirtió así en la primera de Estados Unidos en tomar una medida de estas características y ahora podrían seguirla en un futuro cercano la ciudad vecina de Oakland, que está considerando una prohibición similar, y el estado de Massachusetts, donde el Senado local también está estudiando la medida.
"Esta no es una política anti tecnológica. Se trata de poder exigir responsabilidades en torno a la tecnología de vigilancia, de garantizar que se hace un uso seguro de ella", explicó durante el pleno el concejal promotor de la medida, Aaron Peskin, quien aseguró que "se puede tener seguridad sin convertirse en un estado policial".
La medida fue aprobada en el pleno del consistorio por ocho votos a favor y uno en contra, y con la oposición pública del cuerpo de policía local, que durante los últimos días ha presionado para que no saliese adelante la prohibición que, a su juicio, dificultará el día a día de sus operaciones.
Gobiernos y agencias de seguridad a lo largo y ancho de Estados Unidos utilizan las técnicas de reconocimiento facial hace años, que son capaces de identificar a individuos mediante inteligencia artificial, para tareas como identificar a criminales, ayudar en la búsqueda de menores desaparecidos y prevenir el fraude documental.
Sin embargo, los grupos en defensa de los derechos civiles aseguran que esta tecnología invade la privacidad de los ciudadanos de forma excesiva, a la vez que puede perpetuar sesgos policiales contra minorías étnicas ya que se ha probado que tiende más al error con personas de piel oscura.
En este sentido, Peskin citó el estudio llevado a cabo en julio pasado por la Unión Estadunidense de Libertades Civiles (ACLU) que halló que el reconocimiento facial había identificado incorrectamente a 28 congresistas estadunidenses, en su mayoría pertenecientes a minorías étnicas, como criminales al comparar sus fotografías con imágenes policiales.
dmr