Sarah Sanders, ex vocera de Trump, aventaja para liderar gubernatura de Arkansas

La republicana alcanzaría el mismo cargo que tuvo su padre, mientras que el ex presidente alentó su candidatura.

Sarah Sanders. (AFP)
Editorial Milenio
Estados Unidos /

La ex secretaria de prensa de la Casa Blanca en el mandato de Donald Trump, Sarah Sanders, aventaja como gobernadora de Arkansas, convirtiéndose en la primera mujer en tomar las riendas de la entidad y la funcionaria de mayor rango del mandato del republicano en ser elegida.

La aspirante venció al candidato demócrata Chris Jones en la contienda por la gubernatura de un estado predominantemente republicano, en donde Trump sigue siendo popular. Sanders era clara favorita en la contienda, que también incluyó al candidato Libertario Ricky Dale Harrington.

La republicana rompió récords estatales de recaudación de fondos con su campaña, que se centró principalmente en cuestiones nacionales . Es hija del ex gobernador Mike Huckabee, quien prometía regularmente usar la oficina para luchar contra el presidente Joe Biden y la “izquierda radical”.

Sanders sucede al gobernador republicano Asa Hutchinson, quien dejará el cargo en enero debido a los límites de mandato. El actual mandatario de la entidad, quien respaldó la candidatura de Sanders, está considerando postularse para presidente en 2024 y con frecuencia se ha separado de Trump.

El ex mandatario republicano alentó públicamente a Sanders a postularse para gobernadora cuando dejó la Casa Blanca en 2019 para regresar a Arkansas.

Pero Sanders era una figura conocida en el estado mucho antes que Trump. Apareció en anuncios de su padre y trabajó en sus campañas. Dirigió la elección del senador John Boozman en 2010 y trabajó como asesora del senador Tom Cotton en 2014.

Sanders abandonó brevemente la campaña electoral en septiembre después de someterse a una cirugía por cáncer de tiroides. Su médico dijo que Sanders estaba libre de cáncer después de la cirugía.

Durante el mandato de casi dos años de Sanders en la Casa Blanca, redujo las sesiones informativas televisadas diarias después de discutir repetidamente con reporteros que la cuestionaron agresivamente. 

Se enfrentó a preguntas sobre su credibilidad, particularmente después de que el informe del fiscal especial Robert Mueller revelara que Sanders admitió haber hecho una afirmación infundada a los periodistas sobre la reacción de los agentes del FBI ante el despido del director James Comey. Pero también se ganó el respeto de los reporteros trabajando entre bastidores para desarrollar relaciones con los medios.


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