Se llama Manuel Murillo, le apodan el 'Francotirador' y en 2018 juró matar al presidente de España, Pedro Sánchez, si finalmente su gobierno sacaba del Valle de los Caídos el cuerpo del ex dictador de esa nación, Francisco Franco, mostrando así su intención de “forzar un cambio en la vida política del país”, según los mensajes que la policía descubrió en su teléfono móvil.
El acusado, de 66 años, se sentó en el banquillo de la Audiencia Nacional, en lo que es la primera parte de su juicio. Experto tirador, vigilante de seguridad y de ideología ultraderecha, pidió ayuda a varios de sus contactos en Whatsapp para llevar a cabo el asesinato del presidente español.
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Cuando la policía lo arrestó, tenía en su casa un arsenal de armas. Sin embargo, ante el juez el hombre aseguró que todo se trató de “una ensoñación” y que llegó a sentirse “como un Rambo” en algún momento.
En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía de Área de Terrassa (Cataluña) solicita hasta 18 años y seis meses de prisión para el individuo que “alcanzó la convicción personal” de atentar para “derrotar” al gobierno socialista.
En total, 11 años y medio por un delito de homicidio en grado de proposición y 7 años de cárcel por un delito de depósito de armas y municiones de guerra.
A lo largo de la primera sesión de su juicio, a Murillo le enseñaron los mensajes de Whatsapp que él envió a sus amigos, a los cuales le explicaba sus intenciones contra el presidente español.
“Es un plan para acabar con el gobierno que hay, pero no quiero que lo sepa nadie los más justos. Porque hay traidores. Me gustaría comentar mi plan con Santiago Abascal (líder del partido ultraderechista Vox). Es algo como en la segunda guerra mundial fue Walkiria (el frustrado intento de asesinato de Adolf Hitler). Yo lo hago. Necesito alguna ayuda y tienen que ser patriotas. Por eso no se puede hablar más que personalmente”, decían los mensajes.
Ese mismo día, el 12 de septiembre de 2018 añadió: “Soy un francotirador y con un tiro preciso que se acabe el Sánchez. Antes de que se hunda del todo a España. No haría falta guerras”.
El acusado sistemáticamente negó cualquier acción. Su línea argumental se sustentó en que no recuerda nada y que es incapaz de hacer un plan así. “Con 85 años (sic) en mi vida me he pegado con nadie”, dijo.
“Yo no he sido capaz de matar. Estaba angustiado y en soledad”, se lamentó. Murillo explicó que cuando le enseñaron los mensajes se quedó extrañado: “Es un disparate, yo no he sido militar y ni soy francotirador ni soy mercenario y lo máximo que he tirado es 50 metros en la galería”.
Sin antecedentes penales, Murillo era integrante de 'Terrassa por España', un grupo de Whatsapp que reunía a un número indeterminado de personas afines a ideología política nacionalista y conservadora a las que, en su mayoría, no conocía personalmente.
En algunas de sus intervenciones en ese foro escribió: “Al Sánchez hay que ir a cazarlo como un cuerno (ciervo) y poner la cabeza en la chimenea. Tantos cazadores en España y ninguno tiene cojones. Solo matan pobres animalitos que no rompen España, a este sí que hay que cazarlo”, señaló en sus mensajes en el citado chat.
Murillo, que aseguraba que su “mayor ilusión” era “meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco”, reconoció que “quizás” estaba “hablando mucho”. Esos excesos verbales, sin embargo, salían de su “corazón”.
“Yo me sentía como un héroe, como Rambo y decía cosas como esas para salvar a España”, señaló el acusado al justificar ante el juez que escribió esos mensajes en un grupo de WhatsApp estando borracho.