"La esperanza ganó al miedo", dice el cartel que porta una anciana frente al palacio presidencial de La Moneda. El izquierdista Gabriel Boric, de 35 años, acaba de ganar las elecciones y la alegría explota en las calles de Chile.
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Al confirmarse el triunfo de Boric por un contundente 55.86 por ciento frente al ultraderechista José Antonio Kast (44.1 por ciento), una marea de personas llegó hasta el centro de la capital chilena, entre lágrimas de alegría y banderas con el nombre del flamante presidente electo de Chile. Automovilistas hicieron también sonar las bocinas de sus automóviles.
"Estoy muy acelerada, soy una idealista, tengo 27 años, todavía tengo mucha fe y sé que los jóvenes somos los que tenemos que sacar adelante esto", afirma Daniela, una barista de 27 años que no entregó su apellido, aún temblando de emoción arriba de su bicicleta.
Miles de sus seguidores coreaban: "Se siente, se siente Boric presidente", con los brazos en alto, gritos y abrazos de desahogo, ya que se esperaba un resultado mucho más estrecho frente a Kast. En las antípodas políticas de izquierdista, el candidato ultraconservador, que perdió por una diferencia de casi un millón de votos, es contrario al aborto y al matrimonio igualitario.
"Haber ganado a Kast significa que Chile está avanzando de verdad. Estoy muy emocionada", agregó Daniela.
De 35 años, la edad mínima para postular a la Presidencia, Boric se convirtió en el presidente más joven en la historia de Chile. Propone avanzar hacia un Estado de bienestar con mayores derechos sociales, que pretende financiar con una reforma tributaria con la que espera recaudar el 5 por ciento adicional del PIB.
Una mayor igualdad social y derechos básicos garantizados han sido el reclamo mayoritario de las multitudinarias protestas, algunas de ellas violentas, que estallaron en Chile a partir del 18 de octubre de 2019.
Kast y su promesa de restaurar el orden perdido en Chile no logró imponerse a la esperanza de una sociedad con mayor justicia social que promete el joven nuevo presidente de Chile. Pero para gran parte del 44 por ciento del electorado que apostó por él, persisten los temores por su alianza con el Partido Comunista que lo llevó al poder.
"Voté por Kast, y orgulloso de hacerlo, espero que el nuevo Presidente sea consecuente con lo que haga desde hoy en adelante", dijo un usuario en Twitter que se identifica como Nicolás Villalobos. "Pero lo que no necesitamos hoy, es un presidente que quiera volver al pasado hacia la pobreza".
Una juventud LGBT+, feminista e indigenista se hizo presente
Por todas las calles del centro de Santiago, y de otros barrios de la capital, además de ciudades del interior, se registraron multitudinarias manifestaciones. A la Plaza Italia, epicentro de las protestas sociales, también llegaron decenas de miles de personas.
El escenario donde Boric entregará su primer discurso estaba ubicado a varias cuadras de distancia, sobre la céntrica avenida Alameda, la principal arteria de la capital chilena, colmada de punta a punta de adherentes.
Banderas de colores (de Chile, del pueblo originario mapuche, de la comunidad LGBT+) acompañaban la interminable caravana de personas que acudían a pie y en auto a celebrar la victoria del izquierdista. Así como simpatizantes del ex presidente Salvador Allende, quien fue derrocado en 1973 y se impuso la dictadura de Augusto Pinochet.
"Tengo emoción, ganas de llorar, por suerte al fin se da el fruto de todo del trabajo que hemos hecho", dice Pedro Carballeda, estudiante de derecho, de 19 años.
Pedro se siente representado con la idea de tener al presidente más joven de la historia de Chile, natural de Punta Arenas, a unos a 3 mil km al sur de Santiago, y referente de las protestas estudiantiles de 2011.
"Boric tiene una capacidad de agrupar a muchos grupos diferentes, diversidades sexuales, grupos que no piensan igual, izquierda, centro-izquierda, centro, Boric tiene la capacidad de agrupar a toda esas diferencias. La juventud se dio cuenta que había que hacer un cambio y que era muy peligroso que saliera un candidato como José Antonio Kast", agrega Pedro.
Una nueva constitución se aproxima
Jennie Enríquez, trabajadora de farmacia de 45 años, salta, canta y llora. "Estoy emocionadísima, lloro de alegría. Le pegamos al fascismo, esto fue como un parto. Estoy feliz".
Para ella la victoria de Boric es sinónimo de respeto al proceso constituyente que se vive en Chile. En 2022 el país debe decidir si valida o no la nueva Constitución que se está redactando, fruto de una salida institucional a las protestas sociales de 2019.
"Nos da la garantía de que se va a hacer de verdad la nueva Constitución y eso es fundamental. (Kast) era retroceder", indica Jennie.
RM